Rusia calificó de provocación y escalada peligrosa la reunión de aliados occidentales de Kiev en Alemania, donde abordaron nuevas ayudas militares para Ucrania, al tiempo que las tropas rusas reivindicaron avances en el este y el sureste de este país.
“Consideramos esto una incitación provocativa abierta de Occidente que eleva las apuestas del conflicto, lo que inevitablemente conducirá a un aumento de las bajas y una escalada peligrosa”, afirmó la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Sin embargo, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, alertó que los nuevos suministros “no cambiarán nada en lo que respecta al avance de Rusia hacia sus objetivos”.
Llamó a “no exagerar la importancia de nuevas ayudas militares en términos de su capacidad para marcar la diferencia” en el campo de batalla, ya que, por el contrario, opinó, “darán más problemas a Ucrania” debido “al mantenimiento y reparación” que requieren las armas.
El Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, que integran más 50 aliados occidentales de Kiev, se centró hoy en la demanda de un mayor apoyo militar, incluido el suministro de tanques alemanes Leopard 2.
Aunque habrá más armas para Ucrania, Kiev no obtuvo una respuesta definitiva sobre los Leopard de Alemania.
En ese contexto el presidente ruso, Vladímir Putin, convocó hoy al Consejo de Seguridad de Rusia para debatir la situación de la campaña militar, justo a la misma hora en la que los países del Grupo de Contacto comenzaban a debatir la ayuda militar a Kiev.
“Durante la reunión se llevó a cabo un intercambio de opiniones sobre la operación militar especial”, como denomina Rusia su intervención bélica en Ucrania.
Rusia califica como ‘provocación’ la reunión de aliados de Kiev
En las últimas semanas la situación en el frente se ha vuelto más difícil para Ucrania ante el avance de las tropas rusas en el este del país.
Después de que la semana pasada el Ministerio de Defensa de Rusia afirmase haber tomado la ciudad ucraniana de Soledar, algo que no confirma Kiev, este viernes anunció la toma de la localidad de Klishchiivka, junto a la ciudad de Bájmut, en la región oriental de Donetsk.
También reclamó el control de la pequeña aldea de Lobkove, en la provincia de Zaporiyia, en el sureste.
“En el frente de Zaporiyia la intensidad de los combates ha aumentado bruscamente”, aseguró por su parte el político Vladímir Rogov, líder del movimiento “Juntos con Rusia”.
Aseguró que las fuerzas rusas han pasado a “ofensivas locales” en la región y han “liberado” cuatro localidades, en el marco de intensas batallas en las inmediaciones de la ciudad de Orijiv, a unos 60 kilómetros de la capital regional, controlada por Kiev.
El Estado Mayor General de Ucrania reconoció en su parte matutino de guerra que más de veinte localidades de Zaporiyia sufrieron en la última jornada los ataques de tanques morteros y artillería rusa, entre las cuales citó a Orijiv.
Mientras, las fuerzas aéreas de Rusia y Bielorrusia continúan sus ejercicios aéreos tácticos conjuntos desde territorio bielorruso, en medio de continuas especulaciones sobre una posible ofensiva rusa por el norte de Ucrania.
Los ejercicios, que comenzaron el lunes y se llevan a cabo también en varios polígonos y aeródromos bielorrusos, aún se extenderán hasta el próximo 1 de febrero, incrementando las tensiones en la frontera norte de Ucrania.
Kiev descarta de momento un nuevo ataque desde territorio bielorruso, como ocurrió en el comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania, al igual que el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), que cree más probable una ofensiva desde Bielorrusia “a fines de 2023” cuando Moscú y Minsk celebrarán importantes maniobras.