La ayuda dedicada a educación en 2022 a países con emergencias humanitarias solo cubrió el 28.9% de las necesidades, y un 40% de la infancia que vive en zonas en guerra, conflictos o afectados por catástrofes naturales no han podido seguir estudiando en los últimos cinco años.
Así lo denuncia este martes la ONG Educo, con motivo del Día Internacional de la Educación, y subraya que a nivel global se destina actualmente un 3% de los fondos humanitarios a educación en estos países.
Sin embargo, Educo calcula que el porcentaje debería alcanzar el 10%, como pide la Campaña Mundial por la Educación, de la que la ONG forma parte.
“En los contextos de emergencia humanitaria, se tiende a dejar la educación en un segundo plano. Obviamente, en un primer momento lo más urgente es asegurar la alimentación o la protección de los niños y niñas. Sin embargo, la educación también es urgente. Si no vuelven a estudiar cuanto antes, el riesgo de abandono escolar es muy alto, y con él, el trabajo infantil o los matrimonios precoces, afirma en una nota la directora general de la ONG, Pilar Orenes.
Orenes recalca que cada vez hay más emergencias humanitarias, más complejas y de mayor duración (guerras, desastres causados por la crisis climática…), donde “el derecho a la educación de la infancia no está garantizado”.
Los países donantes han incrementado sus ayudas al sector educativo en estos últimos diez años; en 2013, las contribuciones representaban el 1.9% del total de desembolsos y en 2022 suponían el 2.9%.
Niños en países con emergencias no han continuado con su educación
Se ha pasado de 163 a 721 millones de dólares, o sea, más de cuatro veces más, según el Financial Track System de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Sin embargo, las necesidades educativas en estos escenarios se han multiplicado por seis en la última década y, además, la infrafinanciación ha empeorado en los últimos cinco años donde en 2022 solo se cubrió el 28.9% de las necesidades.
Eso significa que, en los últimos 5 años, un 40% de niños, niñas y adolescentes que viven en contextos de emergencia no han podido seguir estudiando.
La inversión en educación en contextos de emergencia “no puede limitarse a garantizar que se retoman las clases y se forme a niños, niñas y adolescentes, sino que, además, deben incluir programas de educación acelerada para los que han perdido parte del curso escolar, atención a la salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, así como asegurar el comedor o instalaciones de agua y saneamiento”, concluye Orenes.
Educo, con más de 30 años de historia, es miembro de ChildFund Alliance, una de las principales coaliciones internacionales de ONG centrada en la protección de la infancia y que está presente en más de 60 países.