Corea del Norte dijo el jueves que está preparada para contrarrestar los movimientos militares de Estados Unidos con la “fuerza nuclear más abrumadora”, al tiempo que advirtió que la ampliación de las maniobras militares conjuntas entre Washington y su vecino y rival Corea del Sur estaban llevando las tensiones a una “línea roja extrema”.
El comunicado del Ministerio de Exteriores de Pyongyang respondía a las declaraciones del secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, quien el martes explicó en Seúl que su país aumentará el despliegue de activos militares avanzados en la Península de Corea, incluyendo aviones de combate y portaaviones, mientras refuerza los ejercicios combinados y la planificación operativa con el Sur.
Las preocupaciones de seguridad surcoreanas han aumentado desde que el Norte disparó docenas de misiles en 2022, algunos de ellos con capacidad nuclear diseñados para alcanzar objetivos en el Sur y en territorio continental estadounidense.
En una declaración atribuida a un vocero no identificado del Ministerio de Exteriores, el Norte apuntó que la expansión de las maniobras de los aliados amenaza con convertir la península en un “enorme arsenal de guerra y en una zona de guerra más crítica”.
Corea del Norte se prepara ante algún desafío militar
El país está preparado para contrarrestar cualquier desafío militar de los aliados en el corto o en el largo plazo con la “fuerza nuclear más abrumadora”, agregó.
“La situación militar y política en la Península de Corea y en la región ha alcanzado una línea roja extrema debido a las temerarias maniobras militares de confrontación y a los actos hostiles de Estados Unidos y sus fuerzas vasallas”, afirmó el portavoz.
Pyongyang considera desde hace décadas que las maniobras conjuntas entre Washington y Seúl son ensayos para una posible invasión, mientras que los aliados sostienen que tienen carácter defensivo.
En Seúl, el Ministerio de Defensa explicó que Estados Unidos voló bombarderos B-1B y aviones de combate F-22 y F-35 en un ejercicio el miércoles junto a cazas surcoreanos sobre las aguas occidentales del país.
Los aliados tienen previsto realizar este mes ejercicios de simulación para afinar su respuesta en el caso de que el Norte emplee armas nucleares.
Corea del Norte intensificó sus pruebas armamentísticas en 2022 coincidiendo con la reanudación de los entrenamientos a gran escala de Washington y Seúl. Las acciones de Pyongyang incluyeron una serie de lanzamientos de misiles y artillería que describió como ataques nucleares simulados contra objetivos surcoreanos y estadounidenses.
“La RPDC reaccionará con la mayor dureza a cualquier amenaza militar de Estados Unidos en base al principio de ‘arma nuclear por arma nuclear y confrontación total por confrontación total’”, dijo el vocero del Norte empleando las siglas del nombre oficial de la nación, República Popular Democrática de Corea
“Si EEUU sigue introduciendo activos estratégicos en la Península de Corea y sus inmediaciones, la RPDC dejará claras sus actividades disuasorias sin falta según su naturaleza”, agregó.
Jeon Ha Gyu, portavoz del Ministerio de Defensa de Seúl, indicó que el departamento no realizaría comentarios de inmediato a la declaración.
Además, indicó que las últimas maniobras aliadas buscaban demostrar la credibilidad de la “disuasión extendida” estadounidense, una referencia a su compromiso con emplear todo el abanico de sus capacidades militares, incluyendo las nucleares, para defender a la nación, pero declinó revelar el número exacto de aeronaves que participaron.
Los aliados habían reducido los ejercicios en los últimos años para dejar espacio a la diplomacia con Pyongyang durante el gobierno del expresidente estadounidenses Donald Trump y debido a la pandemia del COVID-19.
Las negociaciones nucleares entre Estados Unidos y Corea del Norte descarrilaron en 2019 por desacuerdos sobre el alivio de las sanciones económicas encabezadas por Washington contra la hermética nación a cambio de pasos por su parte para reducir los programas de armas nucleares y misiles.
El creciente arsenal nuclear y las provocaciones norcoreanas han incrementado la urgencia de que Corea del Sur y Japón refuercen su capacidad defensiva en línea con sus alianzas con Estados Unidos.