El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, urgió a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, a poner fin a la guerra en Ucrania y regresar al tratado nuclear Nuevo START”, el único de reducción de armas nucleares entre los dos países, que Vladímir Putin suspendió el mes pasado.
Los funcionarios hablaron al margen de una cumbre de los ministros de Relaciones Exteriores de las 20 mayores economías mundiales, que terminó sin una declaración conjunta por las objeciones de Moscú y Pekín.
“Le dije al ministro (ruso) de Relaciones Exteriores lo que yo y tantos otros hemos dicho la semana pasada en la ONU y lo que tantos ministros de Exteriores dijeron hoy (ayer) en el G20: ponga fin a esta guerra de agresión, comprométase con una diplomacia que pueda producir una paz justa y duradera”, dijo Blinken a los periodistas.
Su anterior reunión cara a cara tuvo lugar en enero de 2022, unas semanas antes de que Moscú lanzara su ofensiva en Ucrania el 24 de febrero. Desde entonces, hablaron por teléfono en varias ocasiones, pero sobre otros temas.
El encuentro duró menos de 10 minutos, según un responsable estadounidense que pidió anonimato.
La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajarova, intentó minimizar el encuentro y dijo a la agencia de noticias RIA Novosti que Blinken lo inició y que fue breve.
El tratado Nuevo START fue firmado en Praga el 8 de abril de 2010 por los entonces presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev.
El tratado limitó el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de mil 550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, advirtió que el aumento del apoyo occidental a Ucrania podría desencadenar un conflicto directo entre las potencias nucleares.
En la conferencia de desarme de Naciones Unidas, Ryabkov denunció a Estados Unidos y sus aliados por declarar abiertamente el objetivo de derrotar a Rusia en una guerra “híbrida”, argumentando que eso representa un incumplimiento de sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales y resulta muy peligroso.
Advirtió que “la política de Estados Unidos y la OTAN de avivar el conflicto en Ucrania” y su “creciente participación en la confrontación militar representa un choque militar directo entre las potencias nucleares con consecuencias catastróficas”.