Los ejércitos de Estados Unidos y Filipinas comenzaron ejercicios militares conjuntos que se celebran cada año en el archipiélago asiático, maniobras que refuerzan la alianza militar entre los dos aliados, en pleno auge de tensiones en el Pacífico.
“Estamos cambiando (el enfoque) hacia la defensa territorial. Nos entrenaremos en escenarios que nos permitirán trabajar y operar juntos para hacer frente a adversarios de fuera del país”, explicó el general del Ejército filipino, Romeo Brawner, en velada referencia a China.
Los ejercicios, llamados Salaknib, que reunirán este año a más de 3 mil soldados entre ambos países –800 tropas más que el año pasado–, incluirán fuego de artillería y morteros y se celebrarán desde el 13 de marzo hasta el próximo 4 de abril.
Las maniobras tendrán lugar en las bases filipinas de Fort Masgsaysay, en la provincia de Pampanga, y en Laur, ambas en la isla norteña de Luzón y cercanas a Manila, y llegan en un momento de elevada tensión en el mar de China Meridional, donde Pekín y Filipinas se disputan la soberanía de varias islas y atolones.
El 2 de febrero, Filipinas y Estados Unidos pactaron el acceso de tropas estadounidenses a cuatro nuevas bases militares en el archipiélago, extendiendo así el Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa, de 2014.