Un récord de 630.000 personas salieron esta jornada (25.03.2023) a las calles de las principales ciudades de Israel para protestar contra la polémica reforma judicial, en el duodécimo sábado consecutivo de manifestaciones, el mismo día que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, pidió públicamente paralizar esa legislación, el primer miembro del gobierno en hacerlo.
La manifestación central en Tel Aviv congregó a unas 300.000 personas; en Haifa se manifestaron 65.000 personas, 22.000 en Jerusalén y 20.000 en Beersheva; mientras que hubo protestas en más de 120 puntos diferentes del país, según los datos del Movimiento Paraguas de Resistencia contra la Dictadura en Israel, que aglutina a varios grupos civiles convocantes.
La reforma presentada por el gobierno de Benjamin Netanyahu, uno de los más derechistas de la historia del país, busca incrementar el poder de los parlamentarios sobre el de los magistrados, lo que, según sus detractores, pone en peligro el carácter democrático del Estado. La iniciativa legal divide fuertemente al país.
¿Cuenta con los votos?
"Estamos aquí hoy para manifestarnos y unir nuestras voces a las de cientos de miles, millones, de israelíes que apoyan los valores sobre los que este país fue fundado, como la democracia y la tolerancia", declaró a la AFP Daniel Nisman, quien participaba en la protesta. "Cada vez, más israelíes se despiertan. No vamos a vivir en una dictadura", consideró Josh Drill, de 26 años, portavoz de uno de los movimientos convocantes.
La reforma ha suscitado críticas dentro y fuera del país. El principal aliado de Israel, Estados Unidos, ha expresado su preocupación. En tanto, el ministro de Defensa israelí hizo una aparición televisada donde llamó a pausar la reforma judicial, pues las divisiones en la sociedad podrían convertirse en una "verdadera amenaza para la seguridad de Israel”.
"Debemos detener el proceso legislativo" durante un mes, "los cambios mayores a nivel nacional deben hacerse por la vía de la consulta y el diálogo", afirmó el ministro. Sus declaraciones fueron acogidas con satisfacción por el líder de la oposición, Yair Lapid, que las calificó de "paso valiente para la seguridad” del país.
Además, dos diputados del Likud expresaron en Twitter su apoyo a Gallant, planteando dudas sobre si el gobierno contará con la mayoría en caso de lanzar una votación.