De acuerdo con el Centro de Operaciones del Ministerio de Sanidad de Sudán, han muerto al menos 270 personas y hay reportes de más de 2 mil heridos por los enfrentamientos entre el ejército y los paramilitares en Sudán, que iniciaron el fin de semana en Jartum y en otras ciudades del país africano.
“Condenamos estas pérdidas en vidas humanas y transmitimos nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en Sudán”, declaró el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien señaló que el conflicto armado ha impedido que las unidades médicas puedan asistir a los heridos, “poniendo más vidas en peligro”.
El experto en salud destacó que los suministros sanitarios que la OMS había enviado a Sudán previo a la intensificación del conflicto se han agotado, ocasionando una falta de personal y de material médico, así como cortes eléctricos y de agua, que han afectado la funcionalidad de los centros de salud.
“Hay informes preocupantes sobre el saqueo de algunas instalaciones sanitarias y la utilización de otras con fines militares. También se informa de que algunos hospitales están cerrados o a punto de cerrar debido a los ataques y a la falta de personal médico y de suministros médicos”, alertó Tedros, quien además instó a las partes a cumplir con sus obligaciones bajo las leyes internacionales.
“Infraestructuras sanitarias y sus trabajadores nunca deben ser el objetivo en conflictos como éstos, especialmente en un momento en el que miles de civiles necesitan acceso a cuidados de emergencia“, determinó el director general de la OMS.
Asimismo, Tedros finalizó su declaración sobre Sudán haciendo un llamado a ambos bandos para que busquen una resolución pacífica que ponga un alto al fuego con fines humanitarios.
Los enfrentamientos armados iniciados el pasado 15 de abril entre el Ejército de Sudán y el grupo militar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), tienen su origen en la reforma de las fuerzas de seguridad sobre las negociaciones para formar un nuevo gobierno de transición, pues ambos grupos militares derrocaron conjuntamente al gobierno de transición de Sudán en octubre de 2021, a partir de un golpe de Estado.