La organización para los derechos de los animales PETA denunció hoy las pésimas condiciones existentes en unos centros de cría de cachorros de perro en Corea del Sur, en cuyas instalaciones ha podido grabar varios vídeos.
“Separados prematuramente de sus madres, confinados en pequeños corrales o jaulas oxidadas con dolorosos pisos de malla de alambre sobre montones de heces, y con llagas abiertas e inflamadas”. Así describe PETA en un comunicado las condiciones de los perros en cuatro fábricas de cachorros a las que sus representantes pudieron acceder entre enero y marzo de este año.
Los vídeos publicados por la organización muestran cachorros de todo tipo de razas, desde pomerania o caniches hasta shiba, maltés, jindo o doberman, viviendo en condiciones crueles.
En algunos casos los vídeos muestran bajo las jaulas auténticas montañas de heces que desprenden un terrible hedor, según los autores de las imágenes, y que pueden ser el producto de “meses de acumulación”, según veterinarios consultados por PETA.
La organización denuncia que estas condiciones de insalubridad obligan al uso continuado de grandes cantidades de amoniaco, lo que “puede provocar problemas respiratorios para los perros”.
Afirman también que el piso de alambre de muchas de las jaulas puede causar lesiones graves en las patas de los animales y que el hecho de que muchas estén oxidadas los expone además al tétanos.
También que el ruido constante en las instalaciones puede generar angustia psicológica a los animales y que tanto los perros de mayor edad como los cachorros carecen de lechos o camas donde poder dormir.
Muchos de los animales grabados han desarrollado úlceras cutáneas debido a infecciones o al roce con las jaulas y mientras que algunos exhiben comportamientos erráticos, otros se muestran letárgicos y aparentemente no responden a estímulos externos, lo que según la ONG son síntomas de enfermedad mental.
A su vez, algunos “están tan aterrorizados de los humanos que cuando alguien se acerca, se encogen y se quedan petrificados”, añade la organización, que insta a adoptar y a no comprar perros de criaderos o tiendas.
La investigación también asegura que se separa a cachorros de menos de seis semanas de sus madres, lo que puede acarrear importantes secuelas físicas y psicológicas para los canes.
Con base en las revisiones de la Ley de Protección Animal surcoreana, que entraron en vigor hace una semana, PETA ha presentado denuncias ante el Ministerio de Agricultura surcoreano y cuatro comisarías con jurisdicción sobre estos centros de cría, pero asegura que de momento “se ha permitido que las instalaciones continúen operando legalmente”.