Dos nuevos barcos de Canadá y Francia llegaron este jueves a la zona del Atlántico donde se busca al sumergible Titán, desaparecido durante una expedición a los restos del Titanic, y la Guardia Costera estadounidense no tira la toalla pese a que se ha cumplido ya el plazo que dio la propia agencia para estimar el final del oxígeno a bordo.
Los expertos habían establecido las 7:08 hora local (6:08 hora de México) de este jueves como umbral aproximado en el que las cinco personas que viajan a bordo del Titan se quedarían sin oxígeno.
El sumergible desapareció el domingo y, sin ninguna apertura, el margen de supervivencia a bordo se estima en 96 horas.
La búsqueda prosigue desde el mar y desde el aire. El buque francés ‘L’Atalante’ y el canadiense ‘Horizon Arctic’ ya han desplegado sus propios robots, que en el caso de este último barco ha alcanzado el fondo marino, según la Guardia Costera estadounidense.
Un portavoz de los guardacostas, John Mauger, confirmó este jueves en una entrevista a NBC News que “siguen los trabajos de búsqueda y rescate” y ha dicho que, al margen de los datos científicos que se pueden ir recabando, también está el factor de la “voluntad de vivir”. Por ahora, la única pista han sido unos ruidos submarinos de los que no se ha logrado determinar el origen.
Remarcó que “esta es una misión de búsqueda y rescate, al 100 %” para encontrar y rescatar a los cinco tripulantes" del sumergible desaparecido desde el pasado domingo.
Los equipos trabajan contrarreloj, porque además la tripulación tiene “raciones limitadas” de comida.
A bordo del Titan viajan el fundador de la compañía que organiza estas expediciones, Stockton Rush, el empresario y aventurero británico Hamish Harding, el explorador francés Paul Henry Nargeolet, el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman.
Por el momento, los equipos de búsqueda y rescate desconocen el origen de los sonidos detectados en las últimas horas, que han dado motivos de esperanza de encontrar vivos a los tripulantes.
“No puedo decirles de qué son los sonidos, lo que sí que puedo decir es que estamos buscando dónde han ocurrido los ruidos”, apuntó el capitán de la Guardia Costera de EE.UU. Jamie Frederick, en una rueda de prensa este miércoles.
Explicó que un avión canadiense de patrulla marítima P3 detectó sonidos el martes y la mañana del miércoles.
Tan pronto como esos sonidos fueron detectados, los efectivos de rescate trasladaron las operaciones de los vehículos ROV, una especie de drones submarinos que son manejados de forma remota y que han sido aportados por Francia, a la zona donde se oyeron los ruidos para explorar su origen.
Pese a que hasta ahora esa búsqueda ha arrojado resultados negativos, los ROV siguen explorando el área, dijo Frederick.
El responsable de la Woods Hole Oceanographic Institution Carl Hartsfield describió en la misma rueda de prensa que esos ruidos son como “sonidos de golpes”.
Destacó que el océano es un lugar “muy complejo” con sonidos humanos y de la naturaleza, con lo que es muy difícil discernir el origen de esos ruidos, pero destacó que los equipos de rescate tienen “sensores múltiples” y que la información está siendo enviada a “los mejores en el mundo”, gente que analiza esos datos, que a su vez mandan el resultado de su análisis a los responsables de la operación para que tomen decisiones.
La búsqueda tiene lugar en un área que es dos veces la superficie del estado de Connecticut (Estados Unidos), que es de 13,023 kilómetros cuadrados, y se desarrolla a unos 4 kilómetros.
En ese sentido, el responsable de la Guardia Costera dijo que los equipos han expandido “exponencialmente” el área de búsqueda y que esta se extiende “cada hora”.
Las operaciones tienen lugar a 1,448 kilómetros del cabo Cod (Massachussets, Estados Unidos) y a unos 644 kilómetros de San Juan de Terranova (Canadá).
En ella participan efectivos y recursos de Estados Unidos, Canadá, Francia y el Reino Unido, con aviones, embarcaciones y drones submarinos.