Un hombre de raza blanca que mató a 23 personas en un ataque racista contra compradores hispanos en una tienda de la cadena Walmart en una ciudad fronteriza de Texas fue sentenciado el viernes a 90 cadenas perpetuas consecutivas, pero aún podría enfrentar más castigos, incluyendo la pena de muerte.
Patrick Crusius, de 24 años, se declaró culpable a principios de este año de casi 50 cargos federales de delitos de odio en el tiroteo a mansalva de 2019 en El Paso, lo que lo convierte en uno de los casos de delitos por intolerancia más grandes del gobierno de Estados Unidos.
La policía afirma que Crusius condujo más de mil 126.5 kilómetros (700 millas) desde su casa cerca de Dallas para agredir a los hispanos con un fusil estilo AK dentro y fuera de la tienda. Momentos antes que comenzara el ataque, Crusius publicó una diatriba racista en línea que advertía sobre una “invasión” hispana de Texas.
En los años posteriores al tiroteo, los republicanos han descrito a los migrantes que cruzan la frontera sur de Estados Unidos como una “invasión”, rechazando a los detractores que señalan que la retórica aviva posturas y violencia antiinmigrantes.
Crusius se declaró culpable en febrero luego que los fiscales federales retiraran la pena de muerte de la mesa. Pero fiscales de Texas han indicado que intentarán llevar a Crusius al corredor de la muerte una vez que sea juzgado en un tribunal estatal. La fecha de ese juicio aún no se ha fijado.
La sentencia del juez federal de distrito David Guaderrama en El Paso se da tras dos días de impactantes declaraciones de familiares de las víctimas, entre ellos ciudadanos mexicanos. Además de los fallecidos, más de dos docenas de personas resultaron heridas y muchas otras quedaron gravemente traumatizadas tras ocultarse o huir del ataque.