En dos operaciones independientes realizadas este sábado, las autoridades griegas llevaron a cabo el rescate de alrededor de 60 migrantes que intentaban cruzar desde Turquía a las islas del Mar Egeo utilizando balsas neumáticas.
En las últimas semanas, Grecia ha experimentado un incremento en este tipo de llegadas, en especial en frágiles embarcaciones suministradas por traficantes ilegales.
Durante la madrugada del sábado, una patrulla de la guardia costera avistó a 41 personas en una balsa neumática que se encontraba a la deriva cerca de la isla de Lesbos. Todas las personas fueron rescatadas y trasladadas a un centro de recepción en la isla.
Por otra parte, una patrulla persiguió y rescató a 17 individuos que viajaban en una balsa cerca de los islotes egeos de Arkii. Estos migrantes fueron llevados a la isla de Patmos, donde uno de ellos fue arrestado bajo sospecha de estar involucrado en actividades de tráfico ilegal.
El viernes por la noche, se encontró otra embarcación con 17 migrantes a la deriva cerca de la isla de Samos. Uno de los migrantes requirió atención médica, mientras que los demás fueron trasladados a un centro de acogida en la isla.
Las autoridades griegas atribuyen el incremento en estas llegadas a los conflictos en diversas regiones de África, que han congestionado las rutas principales de migración hacia Europa. Además, el auge de un mercado negro en Turquía que produce balsas inflables de baja calidad también ha contribuido. Las favorables condiciones de navegación durante el verano boreal también son un factor influyente.
El gobierno griego dice que no ha modificado su política de interceptar botes en el mar, lo que ha reducido significativamente los arribos de migrantes en años recientes.
Los grupos de derechos humanos han acusado a Grecia de deportar sumariamente a Turquía a gente que ha logrado llegar a sus costas, pero Atenas lo niega enérgicamente.