Reino Unido se unió en una tranquila y solemne conmemoración para recordar el primer aniversario del fallecimiento de su venerada monarca, Isabel II, y la entrada de su eterno sucesor, Carlos III, al trono británico.
La transición suave elegida por el monarca para inaugurar esta nueva era carolina mantuvo la misma serenidad y respeto por las tradiciones que ha caracterizado su reinado hasta ahora.
En este día, apenas se escucharon las salvas de cañones desde el icónico Hyde Park de Londres, la Torre de Londres y los majestuosos castillos de Edimburgo, en Escocia, y Hillsborough, en Irlanda del Norte. Las campanadas resonaron desde la Abadía de Westminster, recordándonos ese fatídico 8 de septiembre de 2022.
Ese día, a sus 96 años, la salud de la soberana británica, aunque deteriorada en los últimos meses, tomó a todos por sorpresa. El Palacio de Buckingham anunció la noticia del agravamiento de su salud poco después del mediodía y horas más tarde confirmó su deceso en el castillo escocés de Balmoral.
En el mismo lugar donde se dio a conocer esta triste noticia, el rey Carlos III y la reina Camila conmemoraron este viernes el aniversario. Temprano por la tarde, antes de asistir a un servicio religioso en la capilla de Crathie Kirk, cerca del castillo, se les vio saludar a los congregados a la entrada.
Por su parte, los príncipes de Gales, el heredero al trono William y Kate, visitaron la catedral galesa de St Davids para asistir también a un breve servicio religioso privado.
Mientras tanto, el controvertido príncipe Harry, hijo menor de Carlos III y en conflicto público con su familia, eligió rendir homenaje a Isabel II en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, donde solía residir su abuela y donde reposan sus restos.
Como sucede con tantas efemérides monárquicas, los devotos de la realeza y muchos turistas se acercaron al Palacio de Buckingham, en el centro de Londres, para mostrar sus respetos o depositar ramos de flores.
El cotidiano cambio de guardia (que tiene lugar lunes, miércoles y viernes a las once de la mañana) contó en esta ocasión con una mayor afluencia de público, rodeado por un fuerte dispositivo policial.
A las puertas del palacio y en torno a la estatua a la reina Victoria, centenares de personas se concentraron para ver el desfile de la Guardia Real.
A mediodía, el mismo grupo de soldados saludaron el aniversario del nuevo monarca con 41 cañonazos en Hyde Park, con cañones transportados por caballos hasta la gran explanada.
Una hora después tañeron las campanas de la Abadía de Westminster, donde se celebró el funeral por la reina once días después de su muerte.
Los australianos Kate y Jerry Bismarck, un matrimonio procedente de Sidney, se encontraban entre los cientos de curiosos que siguieron la sobria ceremonia.
“El rey Carlos III tiene un gran interés por el medio ambiente y creo que eso se comparte y es bien visto por todo el mundo. Creo que será algo que le conectará con los jóvenes como también con la gente de su generación y es una importante plataforma”, señaló Bismarck.
A su juicio, el nuevo soberano británico “tiene una importante plataforma para influenciar y promover un cambio positivo en el cambio climático”.