El presidente de Rusia, Vladimir Putin, supervisó este miércoles desde su oficina en el Kremlin unas maniobras de las fuerzas nucleares rusas, las cuales involucraron la implementación de sus capacidades en tierra, mar y aire.
Estas maniobras, que se realizan por segundo año consecutivo, tienen como objetivo principal evaluar y garantizar la capacidad de respuesta de Rusia ante un posible ataque nuclear.
Putin, quien ya había dirigido previamente el lanzamiento de misiles balísticos, como lo hizo el 19 de febrero del año pasado, pocos días antes del inicio de las hostilidades en Ucrania, destacó la importancia de mantener la preparación y la disuasión nuclear en un mundo cada vez más inestable.
“Nuestras fuerzas ofensivas estratégicas lanzaron un golpe nuclear masivo para responder a un ataque nuclear enemigo”, resumió el ministro de Defensa, Serguei Shoigu.
Las maniobras incluyeron pruebas de misiles balísticos y de crucero, así como el despliegue de submarinos nucleares y dos bombarderos estratégicos Tu-95MC, junto con otras armas de su arsenal nuclear.
Uno de los momentos más destacados de las maniobras fue el lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yars desde el cosmódromo de Plesetsk, con un blanco en el polígono de Kura, en la península de Kamchatka, a una distancia de 6 mil kilómetros.
Además, el submarino de propulsión nuclear Tula lanzó exitosamente un misil balístico Sineva desde el mar de Barents, en el Océano Glacial Ártico.