Hoy, la Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia anunció que el Estado ha asignado una suma significativa de más de 33.233 millones de rublos (equivalentes a 369.4 millones de dólares estadounidenses / 369.4 millones de pesos mexicanos) para financiar las próximas elecciones presidenciales programadas para marzo del próximo año. Estas elecciones ya han confirmado la participación del actual presidente ruso, Vladímir Putin.
El vicepresidente de la CEC, Nikolái Buláyev, informó que de esta asignación, 217 millones de rublos (equivalentes a 2.41 millones de dólares) se destinarán a cubrir los gastos relacionados con el trabajo de la comisión electoral.
Además, se asignarán 32.846 millones de rublos (equivalentes a 365 millones de dólares) para sufragar los preparativos y la celebración de las elecciones a nivel nacional.
Asimismo, se destinarán 170 millones de rublos (equivalentes a 1.89 millones de dólares) para cubrir los costos electorales en las legaciones diplomáticas rusas en el extranjero y las unidades militares que abrirán colegios electorales.
Las elecciones presidenciales rusas, programadas para el 17 de marzo de 2024, fueron convocadas por el Senado el pasado 7 de diciembre. El presidente Putin anunció su decisión de buscar la reelección al día siguiente durante una ceremonia de condecoración a militares que participan en la guerra de Ucrania.
Desde el inicio de la pandemia en 2020, la mayoría de las elecciones en el país se han llevado a cabo durante varios días, con el argumento de tomar medidas sanitarias, aunque la oposición ha argumentado que esto facilita posibles fraudes. Las próximas elecciones presidenciales no serán una excepción, ya que los rusos votarán durante tres días, del 15 al 17 de marzo, según anunció la CEC.
La oposición al Kremlin ha expresado su preocupación, sosteniendo que la posibilidad de votar durante 72 horas podría promover el fraude oficialista y dificultar el control sobre el escrutinio, al igual que el uso del voto electrónico.
La presidenta de la CEC, Ela Pamfílova, informó que Moscú planea invitar a observadores extranjeros, aunque se descarta la presencia de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que históricamente ha sido muy crítica con respecto a las credenciales democráticas rusas.