Las autoridades australianas llevaron a cabo una operación de rescate durante la noche, salvando a más de 300 personas atrapadas debido a las inundaciones que azotaron el nordeste de Australia.
La situación se volvió crítica cuando docenas de vecinos se vieron obligados a refugiarse en los tejados de sus casas.
El aeropuerto de Cairns, una localidad con una población de 160 mil habitantes, cerró sus puertas debido a las inundaciones, y las autoridades temían que la ciudad se quedara sin agua corriente.
Aunque la lluvia comenzó a disminuir en Cairns, se mantuvieron alertas por mal tiempo en las poblaciones cercanas de Douglas, Daintree, Cooktown, Wujal Wujal y Hope Vale, con pronósticos de más lluvias en el horizonte.
Katarina Carroll, comisaria de la policía estatal de Queensland, describió las crecidas como "absolutamente devastadoras".
"Anoche tuvimos una tarde extraordinariamente desafiante (...), rescatando a unas 300 personas”, dijo Carroll a la prensa. "No se reportaron muertos ni heridos graves", añadió.
El rescate más impresionante tuvo lugar en la población aborigen de Wujal Wujal, donde nueve adultos y un niño de siete años pasaron horas durante la noche en el tejado de un hospital. Fueron evacuados en helicóptero gracias a la valentía y el esfuerzo coordinado de los equipos de rescate.
La crisis comenzó cuando un ciclón tropical de categoría 2 pasó cerca de Wujal Wujal el miércoles, dejando fuertes vientos y una cantidad considerable de lluvia en su estela. Aunque los vientos no causaron daños importantes en la población, las fuertes precipitaciones continuaron afectando la zona.
Las inundaciones resultaron en el corte de carreteras y líneas ferroviarias, dejando a las poblaciones aisladas. Además, más de 14 mil viviendas y negocios se encontraban sin electricidad el lunes.