El actual jefe de Estado egipcio, el exmariscal Abdelfatah al Sisi, ha sido reelegido como presidente de Egipto por tercera vez consecutiva, según anunció la comisión electoral.
Al Sisi obtuvo una impresionante victoria con el 89.6% de los votos, asegurando así su permanencia en el poder por seis años más.
La Autoridad Electoral Nacional (ANE) de Egipto, dirigida por Hazem Badawi, proclamó a Al Sisi como el vencedor de estas elecciones, que registraron "la mayor participación de la historia en Egipto", con un 66.8% de participación. Esto se traduce en que 44 millones 777 mil 668 de personas ejercieron su derecho al voto de los 67 millones 32 mil 438 con derecho a hacerlo.
El segundo candidato más votado fue Hazem Omar, del Partido Popular Republicano (RPP), con 1 millón 986 mil 352 votos (4.5%). Le siguieron Farid Zahran, jefe del Partido Socialdemócrata Egipcio (PSE), con 1 millón 776 mil 952 votos (4%), y Abdel Sanad Yamama, cabeza del Partido Wafd, con 822 mil 606 votos (1.9%). Se registró un 1.1% de votos nulos.
Durante la comparecencia, Badawi destacó la amplia participación de todas las categorías de la sociedad en estas elecciones y enfatizó que no se detectaron infracciones significativas en el proceso electoral. Además, señaló que estas elecciones tuvieron el menor porcentaje de gastos en campañas electorales y una neutralidad sin precedentes.
Estas elecciones se llevaron a cabo en un contexto de preocupación por la posible afluencia de palestinos a Egipto y un generalizado descontento en la población debido a la grave crisis económica que atraviesa el país, con una inflación oficial cercana al 40% y la devaluación de la libra egipcia.
Originalmente programadas para 2024, las elecciones se adelantaron debido a las medidas impopulares que el Gobierno debe tomar para cumplir con los requisitos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cabe destacar que estas elecciones fueron las primeras desde que Al Sisi llegó al poder en las que compitieron cuatro candidatos de diferentes partidos, aunque los otros tres aspirantes eran en su mayoría desconocidos para la población.
En 2017, Al Sisi había asegurado que solo permanecería en el poder durante dos mandatos, pero en 2019 impulsó una controvertida reforma constitucional que le permitió extender su mandato hasta 2030, después de lo cual no podrá presentarse nuevamente en elecciones.