El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022) fue declarado culpable de narcotráfico y posesión de armas por un tribunal en Nueva York.
Esta decisión histórica lo convierte en el líder latinoamericano de mayor rango condenado por este delito desde Manuel Antonio Noriega en 1992. Hernández aguarda la sentencia del juez Kevin Castel, que podría implicar múltiples cadenas perpetuas.
Durante el juicio, Hernández mantuvo compostura al escuchar el veredicto, pero al salir de la sala se dirigió a sus cuñadas, lamentando la ausencia de su esposa debido a problemas de visa, reafirmando su inocencia. Fuera del tribunal, hondureños celebraron el fallo, conscientes de las graves consecuencias que enfrenta Hernández.
Los cargos de conspiración para importar cocaína y uso de armas pueden acarrear sentencias de hasta perpetuidad. La fiscalía estadounidense acusó a Hernández de participar en una red de narcotráfico que operaba desde al menos 2004, aprovechando su posición política para colaborar con organizaciones criminales en Honduras y más allá.
A pesar de la falta de pruebas concretas durante el juicio, el jurado se convenció por los testimonios de narcotraficantes que acusaron a Hernández en busca de beneficios legales.