El presidente ruso, Vladímir Putin, ha condenado enérgicamente el atentado terrorista que tuvo lugar el viernes en una sala de conciertos en las afueras de Moscú, donde perdieron la vida al menos 143 personas.
Putin declaró que el ataque, reivindicado por el Estado Islámico, fue un acto "salvaje" y prometió venganza contra los responsables.
Durante una alocución televisiva, Putin destacó la detención de cuatro terroristas y siete cómplices, mientras las fuerzas de seguridad continúan investigando las bases de los terroristas y sus colaboradores en la logística de la fuga y el escondite de armamento y munición.
“Todos los autores, organizadores y los que encargaron este crimen recibirán un merecido e irremediable castigo, sean quienes sean e independientemente de que los hayan enviado”, afirmó Putin.
El presidente ruso no especuló sobre los autores intelectuales del atentado pero mencionó que los terroristas intentaron huir hacia Ucrania, país que negó categóricamente cualquier implicación en el ataque.
Putin anunció un día de luto nacional y reforzó las medidas antiterroristas en todo el país, enfatizando que "a los terroristas, asesinos y bestias, que no tienen ni pueden tener nacionalidad, les espera un funesto destino: venganza y olvido. No tienen futuro".
El atentado, según el Comité de Instrucción de Rusia, dejó un saldo inicial de 115 personas fallecidas, pero los reportes de medios locales elevan la cifra a al menos 143. Las autoridades continúan las labores de rescate y no descartan que el número de víctimas aumente considerablemente.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con Rusia frente a este atroz acto terrorista, mientras las autoridades rusas prosiguen con la investigación para identificar y llevar ante la justicia a todos los responsables.