Unas 100,000 personas se reunieron el domingo en Jerusalén en una protesta masiva contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, exigiendo elecciones anticipadas debido a su manejo de la prolongada guerra en la Franja de Gaza.
La protesta, considerada la más grande desde el inicio del conflicto, contó con la participación de familiares de rehenes mantenidos por Hamás en Gaza, quienes también demandaron un acuerdo para la liberación de los 130 cautivos restantes en la región.
“Si no puede traerlos de vuelta, dé un paso al lado, váyase. Necesitamos a alguien en su lugar que sí pueda hacerlo”, declaró la hija de una de las rehenes liberadas durante una tregua previa entre Israel y Hamás.
Mientras tanto, Netanyahu, en medio de la marcha, defendió su gestión y advirtió que unas elecciones anticipadas solo obstaculizarían las negociaciones para liberar a los secuestrados. “El primero en agradecerlo sería Hamás”, indicó.
Las críticas hacia el primer ministro no se limitaron a la protesta, con el líder de la oposición, Yair Lapid, cuestionando la decisión de no suspender el receso parlamentario en un momento crucial.
La movilización también abordó la controversia sobre el reclutamiento de jóvenes ultraortodoxos, una medida que enfrenta resistencia dentro de la coalición gubernamental, pero que la fiscal general instó a implementar.
Mientras tanto, en Gaza, la situación sigue siendo crítica, con periodistas heridos en un ataque israelí y un aumento en el número de víctimas civiles, incluidos niños afectados por la hambruna en el enclave.