Hamás, el movimiento islamista en la Franja de Gaza, ha aceptado una propuesta de alto al fuego luego de una serie de acontecimientos tensos en la región.
Esta decisión sigue a la orden de evacuación emitida por el ejército de Israel en la ciudad de Rafah, que alberga a cientos de miles de desplazados.
Ismail Haniyeh, jefe del buró político de Hamás, confirmó la aceptación de la propuesta tras conversar con el primer ministro catarí y el ministro egipcio de Inteligencia.
Un alto miembro de Hamás aseguró que la propuesta de tregua en la Franja de Gaza que aceptaron incluye tres fases, cada una de ellas con el único objetivo de un alto al fuego permanente.
De acuerdo con él, el plan contempla tres frases, cada una de una duración de 42 días, e incluye una retirada israelí completa de la Franja de Gaza, el regreso de los desplazados y un canje de rehenes aún cautivos en el enclave por presos palestinos detenidos en Israel, con el objetivo de un "alto el fuego permanente", declaró Jalil al-Hayya a la cadena Al Jazeera.
A pesar de la aceptación de Hamás, el ejército israelí había iniciado previamente una operación de evacuación en Rafah. Esta acción se considera el preludio de una posible operación terrestre en la ciudad, enfocada en debilitar las fuerzas de Hamás en la zona.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó la continuación de la operación en Rafah, subrayando la necesidad de presionar a Hamás para liberar a los rehenes y alcanzar otros objetivos militares.
El gobierno de Israel ha expresado que la propuesta de alto al fuego no cumple con todas sus demandas, pero está dispuesto a enviar una delegación para negociar un acuerdo aceptable.
Mientras tanto, Estados Unidos ha manifestado su desaprobación a la operación en Rafah, con el presidente Biden reiterando su posición contraria durante una conversación con Netanyahu.
La presidencia de la Autoridad Palestina pidió a Estados Unidos "que intervenga para evitar esta masacre".
Un representante de la Media Luna Roja palestina en el este de Rafah aseguró que "los habitantes están evacuando aterrorizados, en medio del pánico", estimando que la zona designada por el ejército israelí afecta a unas 250 mil personas.