Este miércoles, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, defendió en la Knesset la continuidad de las operaciones militares en la Franja de Gaza. Afirmó que estas acciones son esenciales para liberar a los rehenes y acabar con Hamás.
“Hamás está bajo presión porque estamos eliminando a sus comandantes, a miles de sus terroristas, porque hemos entrado en Rafah y en el corredor Filadelfia y los tenemos agarrados por el cuello”.
A pesar de las presiones políticas y mediáticas tanto internas como externas, Netanyahu aseguró que la “victoria absoluta” está cerca, pero insistió en que la única manera de lograrla es mantener la presión constante sobre Hamás.
“Estamos decididos a ganar la guerra y a traer de vuelta a todos nuestros rehenes. La clave es la presión, presión y más presión”, afirmó.
El primer ministro también criticó a la oposición por dirigir sus ataques hacia él en lugar de hacia los líderes de Hamás. Respondió a las demandas de una comisión de investigación sobre los supuestos fallos de seguridad durante los ataques del 7 de octubre, asegurando que “la presión que ejerzan sobre mí no servirá de nada”.
Por su parte, Yair Lapid, uno de los líderes de la oposición, aconsejó a Netanyahu no viajar la próxima semana a Estados Unidos a menos que sea para anunciar un acuerdo con Hamás que asegure el regreso de los rehenes.
Benny Gantz, ex miembro del gabinete de guerra, también criticó a Netanyahu en redes sociales, acusándolo de retrasar las operaciones en Gaza por “miedo”. Gantz cuestionó públicamente al primer ministro, preguntando por las demoras en Rafah y Jan Yunis y los costos de estas decisiones.