La Armada israelí participó este miércoles por primera vez en ataques contra objetivos del partido-milicia Hezbolá en Líbano, en el marco de una ofensiva que ya se desarrolla por tanto por tierra, mar y aire y que ha dejado más de 2,000 fallecidos en apenas unas semanas, según el balance de las autoridades libanesas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la ofensiva y compartieron imágenes de los ataques, los cuales se realizaron en coordinación con las tropas terrestres.
Los objetivos alcanzados incluyen lanzaderas de cohetes, posiciones militares y escondites de armamento de Hezbolá.
Desde el 1 de octubre, Israel ha incrementado sus bombardeos tras un prolongado período de intercambios de fuego en la frontera sur de Líbano.
Esta ofensiva terrestre fue anunciada como “selectiva” y ha implicado disparos e incursiones contra bases de la fuerza de paz de la ONU (FINUL).
En respuesta, el gobierno libanés presentó una nueva queja ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, denunciando los “continuos bombardeos” sufridos por el país.
El Ministerio de Exteriores libanés exigió que la ONU condene la “agresión” israelí y responsabilice a Israel por los ataques a “centros de asistencia médica y a la población civil”.
La queja se enmarca en los ataques entre el 3 y el 14 de octubre, donde se pide también la condena de la “invasión del territorio libanés” y la detención inmediata de los actos agresivos de Israel.
El primer ministro en funciones de Líbano, Nayib Mikati, instó a la ONU a aprobar una resolución que demande un “alto el fuego inmediato” y la aplicación de la resolución 1701, que puso fin al conflicto de 2006 entre Israel y Hezbolá.
Mikati destacó el compromiso de Líbano con la resolución 1701, reiterando que la invasión del país es “totalmente inaceptable”.
Por su parte, Israel ha caracterizado su operación como “selectiva y limitada”, dirigida a eliminar “objetivos terroristas e infraestructuras” de Hezbolá, mientras se intensifican los bombardeos en Beirut y otras regiones del Líbano.