La decimosexta sesión de la Conferencia de las Partes (COP16) de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) cerró con importantes compromisos para enfrentar la degradación de tierras y la sequía.
Durante la cumbre de dos semanas en Riad, Arabia Saudita, cerca de 200 países se comprometieron a priorizar la restauración de tierras y la resiliencia frente a la sequía en sus políticas nacionales, reconociendo la necesidad urgente de garantizar la seguridad alimentaria y adaptar las naciones al cambio climático.
Entre los acuerdos más destacados, se anunció la Alianza Mundial de Riad para la Resiliencia ante la Sequía, que movilizó 12 mil 150 millones de dólares destinados a apoyar a los 80 países más vulnerables en aumentar su capacidad de resiliencia.
Un informe presentado en la cumbre reveló que, entre 2025 y 2030, el mundo necesitará mil millones de dólares diarios para combatir la desertificación y la sequía.
Los delegados también lograron avances en la negociación de un futuro régimen global contra la sequía, el cual se espera completar en el próximo encuentro en 2026, en Mongolia.
En la clausura de la cumbre, el presidente de la COP16, Abdulrahman Alfadley, Ministro de Medio Ambiente de Arabia Saudita, destacó la importancia de acelerar la restauración de tierras y la adaptación a la sequía.
Ibrahim Thiaw, Secretario de la Convención de la ONU, subrayó la conexión entre la desertificación y otros problemas globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, y la seguridad alimentaria.
Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de la ONU, hizo un llamado a la inclusión y a la participación activa de jóvenes y pueblos indígenas en la lucha contra la crisis climática.
Por primera vez, se acordó enfocar esfuerzos en la gestión y conservación de los pastizales, ecosistemas vitales que cubren la mitad de la superficie terrestre y cuya degradación pone en riesgo una sexta parte del suministro mundial de alimentos.