Los investigadores confirmaron que el piloto del avión accidentado recibió una advertencia de los controladores de tráfico aéreo sobre el riesgo de impactos con aves momentos antes del siniestro. Además, la aeronave emitió una señal de socorro justo antes de colisionar.
El Ministerio de Transporte informó el miércoles que se han extraído los datos del grabador de voz de la cabina, uno de los dos dispositivos recuperados entre los restos.
Estos datos serán convertidos en archivos de audio para su análisis. Asimismo, el grabador de datos de vuelo, que resultó dañado, será enviado a Estados Unidos para un examen técnico más detallado.
De las víctimas, todas eran surcoreanas salvo dos tailandesas. Muchas de ellas regresaban de Bangkok tras pasar las vacaciones de Navidad.
Familiares de los fallecidos visitaron por primera vez el lugar del accidente el miércoles para participar en una ceremonia conmemorativa.
Transportados en autobús, colocaron flores blancas, se arrodillaron y se inclinaron ante un altar improvisado con alimentos tradicionales como ddeokguk, una sopa coreana de pastel de arroz consumida en Año Nuevo.
El Ministerio también confirmó que todas las víctimas han sido identificadas, un proceso complicado debido al estado de los restos. Hasta el momento, 11 cuerpos han sido entregados a las familias.
Corea del Sur enfrenta siete días de luto nacional tras este trágico accidente, considerado el desastre aéreo más mortal en décadas en el país.