Durante la primera semana del mandato del presidente Donald Trump, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) reportó al menos 2,382 detenciones de inmigrantes indocumentados, además de 1,797 órdenes de captura emitidas contra ciudadanos susceptibles de ser deportados.
Este aumento en las detenciones forma parte de la ofensiva impulsada por Trump contra la inmigración irregular.
El domingo 29 de enero se registró un récord de 965 detenciones y 554 órdenes de captura en un solo día, según los datos de ICE, que publica diariamente las cifras relacionadas con su campaña migratoria.
La institución destacó que estos arrestos se basan en la creencia de que existe una causa probable para la deportación, conforme a la Ley Federal de Inmigración.
A lo largo de la semana, las cifras fueron igualmente altas: el 25 de enero hubo 286 arrestos y 421 órdenes de detención, el 24 se registraron 593 arrestos y 449 órdenes, y el 23 fueron 538 arrestos con 373 órdenes de captura.
Estas medidas forman parte de las políticas migratorias que Trump prometió implementar durante su campaña, que incluyen el aumento de la presencia militar en la frontera con México, la suspensión de la admisión de refugiados y la autorización de arrestos en lugares como escuelas e iglesias.
Además, el Departamento de Seguridad Nacional ha comenzado a usar aviones militares para repatriar a migrantes sin estatus legal, buscando llevar a cabo la mayor deportación en la historia de Estados Unidos.
Las políticas también generaron tensiones diplomáticas, como se evidenció con Colombia.
El presidente Gustavo Petro rechazó recibir dos aviones con migrantes deportados desde Estados Unidos, lo que llevó a Trump a anunciar sanciones económicas, incluyendo aranceles del 25% y la revocación de visas para funcionarios colombianos.
Sin embargo, tras un acuerdo con Bogotá, Trump revocó las sanciones y acordó reanudar los vuelos de deportación.
En paralelo, Trump estaría negociando con El Salvador un acuerdo que facilitaría la deportación de inmigrantes de otros países, incluidos presuntos miembros de grupos criminales.