El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, fue liberado este sábado después de pasar casi dos meses detenido en un proceso por insurrección, derivado de su declaración de la ley marcial.
La decisión de su liberación fue tomada por un tribunal del Distrito Central de Seúl, que consideró ilegal su arresto, argumentando que había excedido el período legal de detención.
Yoon dejó el centro de detención de Uiwang, al sur de Seúl, antes de las 18:00 hora local (9:00 GMT), y fue trasladado a la residencia presidencial. Esta decisión llega luego de que la fiscalía decidiera no apelar el fallo del tribunal.
El mandatario agradeció la decisión judicial, expresando en un mensaje a su equipo legal su aprecio por la "valentía y determinación" del tribunal para corregir la ilegalidad de su arresto.
La salida del presidente fue recibida con vítores de partidarios y políticos del Partido del Poder Popular (PPP), quienes se habían concentrado en el lugar.
El proceso judicial contra Yoon, que enfrenta una acusación de insurrección, continuará mientras se espera también la resolución del Tribunal Constitucional sobre su posible destitución.
La moción de inhabilitación parlamentaria, aprobada en diciembre, está siendo revisada por el Constitucional, y si la destitución es confirmada, se convocarán elecciones presidenciales anticipadas en los 60 días posteriores.
El Partido del Poder Popular celebró la liberación, aunque expresó su preocupación por el retraso de la decisión, mientras que el Partido Democrático (PD) calificó el fallo como una "rendición inexcusable".
La crisis política en Corea del Sur desencadenada por la ley marcial ha profundizado la polarización en el país, con multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Yoon que han continuado desde que se produjo su arresto.
Mientras sus partidarios exigen su restitución y defienden la ley marcial, la oposición y grupos progresistas piden que se confirme su destitución.