Italia ha aprobado un proyecto de ley que introduce por primera vez el feminicidio como un delito autónomo en el Código Penal, castigado con cadena perpetua. La medida, anunciada antes del Día Internacional de la Mujer, busca abordar la creciente violencia contra las mujeres en el país, con un enfoque especial en los feminicidios y otros delitos de género, como el acoso y la pornografía vengativa.
La iniciativa, apoyada por la primera ministra Giorgia Meloni, también prevé penas más severas para delitos como maltrato personal y violencia sexual. La ley, que aún debe pasar por el Parlamento para ser aprobada, refleja una preocupación por la violencia de género, especialmente tras casos de feminicidio que han conmocionado a la opinión pública italiana.
En 2024, el Ministerio del Interior reportó 113 feminicidios, de los cuales 99 fueron cometidos por familiares, parejas o exparejas. Entre los casos más impactantes se encuentra el asesinato de Giulia Cecchettin, una joven estudiante apuñalada por su exnovio en noviembre de 2023, lo que renovó el debate sobre los crímenes de género en Italia.
Aunque la medida fue bien recibida por la oposición de centroizquierda, algunos críticos, como la organización Non Una di Meno, señalan que la ley solo aborda el aspecto penal sin abordar las causas culturales y económicas profundas del feminicidio. La activista Serena Fredda calificó el proyecto de ley como "una maniobra propagandística", destacando que, más allá de las penas más duras, la verdadera solución está en erradicar la discriminación de género desde la educación hasta el entorno laboral.
Este proyecto de ley marca un paso importante en la lucha contra la violencia de género en Italia, aunque persisten debates sobre su eficacia real en un problema profundamente arraigado en la sociedad.