Morelos, en específico Cuernavaca y Tetlama, ya vivieron una crisis que jamás deseamos que se repita. El Estado de México fue solidario y su gobierno apoyó a nuestra entidad, independientemente de figuras partidistas o ideologías. Hoy, Morelos cerró las puertas con candados y ni siquiera sometió a diálogo el tema. La orden dirigida al alcalde Luis Felipe Güemes Ríos le prohibió seguir con esa práctica y además la propia CEAMA envió personal para que cualquier camión cargado de residuos sólidos procedente del Distrito Federal encontrara retorno.
Morelos y el Distrito Federal tienen una relación estrecha; la calcomanía “cero” que para la verificación vehicular se reconoce en la circulación de automóviles que la obtengan en nuestro territorio, no es asunto menor, pero también es una muestra de sensibilidad ante la necesidad y la facilidad de los usuarios.
Tal vez no tenga que ver una cosa con la otra, y en efecto, tanto como que el concesionario del relleno sanitario como el Ayuntamiento de Cuautla hayan rebasado la norma; sin embargo, antes de una decisión “tajante” como la llama el propio biólogo Pedro Juárez Guadarrama, se debe hacer política y valorar todas las aristas.
Ya antes el entonces alcalde electo Sergio Valdespín, con su insensibilidad y carente visión, había prohibido que se ejecutara el acuerdo que el presidente de Cuautla, Arturo Cruz Mendoza, y el gobierno del estado habían alcanzado para apoyar a Cuernavaca en la contingencia vivida hace unos años.
Aquello provocó que la crisis fuera creciente y que los habitantes de la capital morelense quedaran infestados y vulnerables ante el ambiente que se generó. Pestilencia y mala imagen fue lo menos que se vivió. Ése es el tamaño de una oposición irracional, tal vez jurídicamente válida, pero insensible ante una emergencia de un territorio vecino.
Jamás le apostaremos a que la ley sea pisoteada por la política, pero tampoco podemos aceptar que con el pretexto de la legalidad, se ignore la necesidad social. Nada costaría que la CEAMA, en este caso de parte del biólogo Pedro Juárez, existiera el acercamiento con las partes en conflicto para que en lugar de buscar “tajantemente” el cómo no, encontrar la salida del cómo sí se puede tender una mano amiga.
Entendemos que el accidente en donde perdieron la vida dos mujeres, víctimas de la volcadura de un vehículo que transportaba residuos del Distrito Federal al relleno de Cuautla, es lamentable y reprobable; nada las regresará a la vida ni allanará el dolor de sus familiares. Pero que ése sea el pretexto para decisiones “tajantes”, e insistimos en el término porque en él está la irracionalidad, que pueden generar más afectaciones, no es aceptable.
En cualquier momento, y en el mismo tema de la basura, Morelos puede requerir del Distrito Federal o de cualquiera otra entidad ¿Con qué cara, preguntamos nosotros, podrá el estado acudir en caso de emergencia?
Ningún gobierno –sólo los totalitarios o dictatoriales-- puede tomar decisiones “tajantes” como de la que se enorgullece Pedro Juárez Guadarrama. En él, sabemos, cabe la comprensión, tal vez haya sido un momento y una disyuntiva difícil de enfrentar en este periodo vacacional. CEAMA está a tiempo de tender la mano y no de cerrar sus puertas como si Morelos fuera un territorio ajeno al resto de la república mexicana.
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Que este 2012 esté lleno de salud y paz.