En el comunicado se explica que los aviones lanzaron “bombas guiadas” y alcanzaron “tres objetivos”, dos cuarteles y un punto de reunión del grupo, aunque no se especifica el número de bajas sufridas por la organización yihadista.
Por otra parte, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una extensa operación de seguridad en 13 provincias del país en la que fueron detenidos 297 sospechosos de vínculos con redes terroristas.
Unos 5.000 agentes de la policía turca participan en redadas lanzadas de forma simultánea en 140 lugares diferentes de Estambul contra células de diversas organizaciones consideradas terroristas, entre ellas el Estado Islámico, el PKK kurdo y el grupo de extrema izquierda DHKP-C. Una presunta integrante de esta última organización ha fallecido en un intercambio de disparos con la policía, informó la agencia de noticias Anadolu. En las provincias de Esmirna y Bursa también ha habido operaciones antiterroristas y 16 supuestos militantes del PKK han sido detenidos.
En los últimos días el PKK y organizaciones ligadas al grupo han reivindicado la autoría de varios asesinatos de miembros de las fuerzas de seguridad y de civiles considerados simpatizantes del EI.
La operación aérea turca llega después de una larga reunión ayer del Consejo de Seguridad Nacional, en el que el Gobierno, las Fuerzas Armadas y los servicios secretos examinaron la tensa situación de la frontera sur, donde en los últimos días se han producido varios atentados y asesinatos cometidos presuntamente por el Estado Islámico y el grupo kurdo PKK.
Por ello, se ha establecido una mesa de coordinación de crisis presidida por el primer ministro, Ahmet Davutoglu, que vigilará los pasos a seguir en los próximos días, cuando se espera también la llegada de los primeros aviones estadounidenses a la base de Incirlik (sur de Turquía) para participar en la ofensiva contra el EI en Siria.
De acuerdo a los medios locales, el acuerdo al que han llegado Ankara y Washington, tras meses de presiones por parte de la Administración de Barack Obama, incluye una de las demandas turcas: utilizar los bombardeos aéreos para crear una suerte de zona de exclusión aérea de facto que impida a los yihadistas y al régimen de Bashar al Asad acercarse a la frontera turca, otorgando así una zona segura a los grupos rebeldes apoyados por Turquía. Con información de ElPaìs