El Departamento de Comercio de Estados Unidos se ha pronunciado a favor de autorizar una serie de intercambios de crudo con la compañía estatal Petróleos Mexicanos, aunque sujetos a condiciones muy estrictas. Es el primer contrato que se firma de este tipo con México desde finales de los años 1990. Las petroleras estadounidenses tienen prohibido desde hace cuatro décadas vender en el mercado internacional el crudo que se produce en los yacimientos domésticos.
EE UU solo exporta en la actualidad petróleo a Canadá. Se trata de cerca de medio millón de barriles diarios, equivalentes a 5% de la producción doméstica. Ahora la espita se abre también hacia México, aunque de una forma muy limitada de momento. Pemex ya indicó a comienzos de año que esperaba obtener un permiso para canjear hasta 100.000 barriles diarios, lo que permitiría a su vez a las petroleras estadounidenses dar salida a un 1% de la producción.
El intercambio será de calidades diferentes de crudo. Por su parte, México busca desarrollar su industria refinera. La Administración de Barack Obama no precisa la cantidad cubierta por el canje. Solo se señala que los contratos se aprobarán a final de mes y serán válidos durante un año. En diciembre se hizo un gesto similar al autorizar a las petroleras de EE UU a dar salida a un tipo muy específico de crudo. Pero la prohibición a las exportaciones sigue en pie.
Esta barrera comercial data de 1973, en respuesta al embargo de los países árabes. La legislación estadounidense, sin embargo, admite algunas excepciones. México está interesada en el petróleo de EE UU porque eso permitirá a sus refineras producir combustibles de mayor calidad. A cambio, las estadounidenses recibirán un petróleo más pesado que se ajusta mejor a sus operaciones que el que se está extrayendo en Texas y Dakota del Norte con el fracking.
México no es el único que está solicitando este tipo de contratos puntuales. Hay países europeos y asiáticos que están abiertos a hacer intercambios, pero el Departamento de Comercio les sigue negando esa posibilidad porque considera que no se les puede aplicar las mismas excepciones que sus dos vecinos norteamericanos. Para que eso fuera posible, el presidente Obama debería firmar antes una orden ejecutiva poniendo fin a la prohibición de exportar. | elPaís