La guerra civil de Siria; los ensayos nucleares de Corea del Norte; el Brexit; el fallido golpe de estado en Turquía; una volátil elección presidencial en Estados Unidos. Este discordante contexto fue difícil de pasar por alto cuando los líderes del mundo desfilaban por el estrado de mármol verde durante la Asamblea General de las Naciones Unidas de esta semana.
Los jefes de Estado y de gobierno que representan a las economías más grandes del mundo usaron palabras como “miedo”, “incertidumbre”, “riesgo” y “terror” un 87 por ciento más a menudo que el promedio usado durante la reunión del año pasado, según un análisis de Adam Tiouririne, asesor de comunicación y liderazgo de Logos Consulting Group.
Los investigadores clasifican este tipo de lenguaje en una categoría: “palabras de ansiedad” y se utilizan para analizar problemas de salud e incluso de negocios. Este análisis se enfoca en variaciones de 13 de estas palabras en 22 discursos de 10 países del G-20 cuyos jefes de Estado o gobierno hablaron en la ONU en los últimos dos años, más el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
La investigación académica también reveló que estas palabras reflejan los niveles actuales de estrés subyacente de la gente, que podría explicar por qué el presidente de Estados Unidos, Barack Obama –quien dejará de preocuparse por los problemas del mundo después de enero próximo– es el único líder del G-20 en usar palabras de ansiedad con menos frecuencia que el año pasado
Por otra parte, el presidente francés, François Hollande, cuyo país fue azotado en el último año por ataques terroristas desde Paris hasta Niza, anotó el mayor repunte, desde las siete palabras de ansiedad que usó en su discurso en la Asamblea General del 2015 a las 30 de este año.
La guerra civil en Siria y el empeoramiento de su crisis de refugiados están estimulando gran parte de la ansiedad que avanza en las frecuentes menciones que hacen los gobernantes de la guerra, la migración y el terrorismo. Un análisis más amplio reveló que el país del Medio Oriente fue mencionado no menos de 50 veces por los 14 líderes del G-20 que presentaron discursos en la Asamblea General de este año.
Aunque los conflictos mundiales influyeron mayormente en los líderes del G-20, la economía en última instancia también emergió como un tema prioritario para muchos, especialmente para el premier de la República Popular China, Li Keqiang, quien mencionó el tema con el doble de frecuencia que cualquier otro de sus pares.