En la preparatoria construyó un detector radioactivo y a los 20 se ha convertido en el único estudiante mexicano y el alumno más joven en ser aceptado como estudiante-investigador por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés).
Yair Israel Piña fue aceptado en este esquema de la NASA como parte de una oportunidad otorgada por un comité conformado por diversas agencias espaciales, gracias al desarrollo de un detector activo para medir radiación en el espacio, equipo que construyó cuando iba en la preparatoria.
En 2015 presentó este dispositivo en una conferencia sobre astronomía y física espacial en la Universidad Taras Shevchenko en Ucrania, posteriormente la agencia espacial de EU lo invitó a colaborar con ellos en el programa Orion, y recientemente a ser estudiante-investigador.
El programa Orion pretende llevar una nave espacial tripulada por humanos a la órbita de Marte en 2028, para lo cual primero deberán realizar varias misiones en el espacio profundo. Piña, con su detector radioactivo, deberá salvaguardar la salud de los astronautas, al evitar que se vean afectados por la radiación.
“Nosotros nos enfocamos en dos vías, que son detectores de radiación activos y pasivos, los detectores pasivos nos sirven como medida preventiva para que los astronautas no sufran ninguna anomalía en su salud dada la radiación. Estos materiales tienen una propiedad que se llama termoluminiscencia, cuando tú excitas este material después de que se encontró en un entorno de radiación, éste emite luz de tal manera que ya en tierra en un laboratorio determinamos, a través de cuánto calor suministramos, cuánto calor nos está dando, con cuánta radiación estuvo en contacto”, explicó Piña en entrevista con El Financiero.
“Nuestra aportación es que a través de los sensores activos que desarrollamos en la universidad te da un conteo activo de cuánta radiación está recibiendo el astronauta dentro de la nave y en la caminata espacial”, agregó.
El estudiante -que a los 15 recibió una mención honorífica en el Premio Nacional Juvenil del Agua por el desarrollo de un prototipo para purificar agua, y con el cual representó a la UNAM en Israel en 2013- comenta que, en colaboración con su tutor, el doctor Epifanio Cruz Zaragoza, con este dispositivo pudieron corregir una creencia errónea que tenían algunas agencias espaciales.
“Demostramos en tierra que cuando irradias nuestros materiales termoluminiscentes a baja temperatura -en la caminata espacial- su respuesta cambia, y lo que estaban haciendo algunas agencias es que consideraban que no importaba si se irradiaba a muy baja temperatura o a temperatura ambiente, la respuesta del material iba a ser la misma, pero no, nosotros mostramos que cambia esta respuesta termoluminiscente, aumenta, y entonces es por eso que se debe calibrar muy preciso si se va a realizar caminata espacial o si va a estar dentro de la nave”.
Piña, que está asociado al Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM desde la preparatoria, continuará trabajando en el programa Orion enfocándose en la mejora y desarrollo de esta tecnología, trabajará desde México y viajará a Houston, al Johnson Space Center, para realizar las últimas mediciones con los especialistas de la NASA.
El estudiante de Física de quinto semestre, comenta que construyó el dispositivo para poder observar el mundo subatómico, este entorno detonó su interés en el tema y fue así cómo inició la construcción del medidor.
“Fue así como comencé a buscar qué sensores (necesitaba), el arreglo electrónico que es algo muy complejo para desarrollar, y así es como lo logro desarrollar dado que en la preparatoria te dan unos cursos de electrónica, de física especializada dado que era de área 1”.
Piña narra que uno de sus objetivos en este 'viaje' es llevar el nombre de la UNAM y de México más allá de nuestra órbita.
“La humanidad quiere trascender a través de regresar a la Luna, y se prevé viajar a Marte, yo lo que quiero hacer es un aporte tanto de la UNAM como a nivel nacional para que México juegue un rol importante en las futuras misiones y que se quede plasmado su nombre para siempre en el espacio”, concluyó. | El Financiero