Emiliano Zapata, Morelos.- Con los ojos humedecidos por las lágrimas, el semblante triste y los rostros agachados se encontraba la familia Mena, alrededor de dos ataúdes en cuyo interior yacían los cuerpos de Juan y su hijo del mismo nombre, quienes un día antes perdieron la vida en el Paso Exprés.

La colonia Capiri del municipio de Emiliano Zapata se encontraba de luto. En la casa marcada con el número de la calle Tampico se sentía la tristeza, acompañada de la fragancia de las coronas.

A las 10:00 de la mañana del jueves, representantes de medios de comunicación –locales y nacionales– comenzaron a llegar al inmueble.

Vecinos daban sus condolencias a la señora Soledad y a su hija Sonia. Abrazos cálidos que reflejaban el sentimiento de dolor y apoyo a la familia que pasaba por un momento que quedará marcado por el resto de su vida.

En el aire flotaba el olor de crisantemos, claveles, gladiolos y azucenas. En tanto, las sillas que colocaron los familiares para recibir a los amigos, parientes, funcionarios y vecinos se comenzaron a ocupar.

Luego apareció una patrulla de la Policía Morelos con dos agentes a bordo, acompañados por elementos de la Policía Vial: serían los encargados de dirigir la caminata hacia la iglesia y el cementerio.

Algunas vecinas recordaban que hace 38 años se fundó la colonia Capiri. Juan Mena, su esposa y dos familias más fueron los primeros habitantes. Después la colonia se comenzó a poblarse y poco a poco trabajaron para contar con los servicios básicos de agua, luz y drenaje.

Una voz femenina se dejó escuchar: “Juan Mena y su hijo eran personas buenas, amables y con una sonrisa en su rostro… Los vecinos queremos justicia; después del niño ahogado, tapan el pozo. Estamos unidos”.

En seguida, Sonia, hija de Juan Mena, así como una prima suya y Sergio –amigo de la familia– dieron una rueda de prensa en la que agradecieron la presencia de los medios de comunicación y el apoyo de la población, en especial a sus vecinos.

Con voz quebrantada por el dolor, Sonia dijo: “Mi padre y mi hermano, nuestros únicos sostenes en la familia, eran trabajadores de una empresa de alimentos en Jiutepec. Hoy les daremos sepultura. Y mañana empezaremos a escuchar las voces que quieren resarcir un daño irreparable.

“La armonía de la familia fue cancelada por una negligencia. Y eso, las palabras y los términos legales, no lo pueden tapar. Pero de eso hablaremos mañana. Hoy queremos agradecer a ustedes que respeten nuestro duelo”, solicitó.

Más tarde llegaron varios jóvenes, acompañados de instrumentos musicales: tocarían las últimas notas de la despedida de estos dos hombres.

Minutos después comenzó la marcha fúnebre: Juan Mena y su hijo recorrieron las calles de la colonia Capiri metidos en dos carrozas que los trasladarían a la iglesia donde celebraron una misa de cuerpo presente, y de donde serían llevados al cementerio.

El día antes de la despedida

Poco antes de las seis de la mañana del miércoles 12 de julio, Juan Mena López y su hijo Juan Mena Romero viajaban en un automóvil Volkswagen Jetta de color gris.

De pronto, el automotor cayó en un socavón en el Paso Exprés, en el kilómetro 93+700, a la altura del poblado de Chipitlán de Cuernavaca.

Casi diez horas tardaron los cuerpos de rescate en sacar los cuerpos y el automotor.

La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que la causa de muerte fue asfixia por sofocación.