El director general de comunicación social de la PGJ, Efraín Vega Giles, reconoció que cuando la actual administración tomó el mando de esta Procuraduría “se aprovechó esta situación para que este elemento estuviese trabajando desde allá”.
Vega Giles refirió que Arturo Cuevas era un agente “B”, y no un comandante, además como parte de su labor realizaba trabajos de investigación y ejecutaba órdenes judiciales de presentación, de aprehensión o citatorios.
“Informamos por ejemplo que participó en la investigación para detectar al homicida de los policías y bomberos en un operativo en Lomas de Cortés, estaba dando resultados, estaba trabajando bien”, destacó el vocero oficial.
Sin embargo, para sus compañeros agentes ministeriales, esta situación era poco común, toda vez aseguraron que Cuevas Morfín “pagaba a los jefes policiales por permitirle ostentar una placa y un arma”.
“En sus visitas a Morelos era común verlo con botellas de vino que traía como obsequio para el jefe de la Policía Ministerial, incluso traía presentes para el propio procurador”, coincidieron en manifestar los agentes entrevistados.
Arturo Cuervas también era conocido por su generosidad, toda vez que cuando agentes eran comisionados a la Ciudad de México, los apoyaba con el pago de sus viáticos.
Sobre la causa de la muerte del agente, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Distrito Federal maneja dos hipótesis, una que se trató de asalto automovilista y la de una ejecución deliberada producto del trabajo que estaba realizando.
Respecto al otro agente asignado junto con él, identificado como “Villegas”, la fiscalía informó que será reasignado para laborar en alguna parte del estado.