La fiscalía indicó que los afectados y testigos presénciales se niegan a rendir su declaración por temor y bajo el argumento de no “querer tener problemas”, pero destacó que hay contradicciones en algunos testimonios, al manifestar que sólo se aventaron al piso y no vieron nada.
En este tenor, la Procuraduría reveló que durante un recorrido en la escena del crimen, los agentes localizaron rastros de sangre de otro menor que ingresó un día después al Hospital General “José G. Parres”.
Los policías ministeriales también encontraron cartuchos percutidos de armas de alto poder, casquillos que al realizarles un examen de balística no se les encontró algún antecedente de que las armas hayan sido usadas en otros crímenes.
La Procuraduría justificó que el menor Bryan Kevin “N” había sido puesto a disposición del juez de control y garantía del Tribunal de Adolescentes del Estado de Morelos por delitos contra la salud y posesión de vehículo de procedencia ilícita en meses pasados.
No obstante, el pasado 3 de agosto la autoridad judicial otorgó la suspensión condicional del proceso y recobró su libertad. Aunado a lo anterior, Manuel Hernández Gómez, padrastro del adolescente, es procesado por el delito de robo de vehículo.
Así como Ariel Hernández Ávila, hermano de la víctima, que fue aprehendido por delitos contra la salud y posesión de vehículo de procedencia ilícita bajo la causa penal T86/2011.