Los violentos acontecimientos fueron presenciados por comerciantes –introductores de verduras-, así como por estibadores, quienes por temor a sufrir alguna agresión por parte de los sujetos que portaban rifles de los llamados “cuerno de chivo”, no hicieron nada.
Al llamado de auxilio acudieron dos unidades policiales, pero en cuanto se enteraron de que era lo que había sucedido, solamente se encargaron de recabar información sobre la media filiación de los individuos que fueron privados de la libertad con lujo de violencia.
Según los informes oficiales, los tres individuos que fueron privados de su libertad a diario llegaban de madrugada para distribuir y comercializar su droga, ya que incluso se sabía que antes de que dieran las ocho de la mañana, estos se retiraban y al mediodía regresaban pero sólo para cobrar a sus clientes.