El abogado de los elementos de seguridad federal, Enrique Mondragón Huerta, informó que las notificaciones por parte de la justicia federal comenzaron a realizarse desde junio del 2013 y hasta el momento, no han sido respondidas favorablemente.
Detalló que como parte de un amparo que les fue concedido en contra del auto de formal prisión que se les dictó a sus clientes, se está buscando una nueva declaración en persona de los agentes estadounidenses. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos ha manifestado que sus funcionarios no tienen la intención de volver a México para tal efecto.
Por lo pronto, los policías federales, quienes fueron reubicados al penal de Puente Grande en Jalisco, continúan a la espera de que el plazo de desahogo de pruebas concluya, aunque el litigante estimó que todo el proceso podría demorar hasta un año y medio más. De momento, los elementos de seguridad siguen declarando desde el penal a través de videoconferencias.
Como se recordará, fue la mañana del pasado 24 de agosto del 2012 sobre la carretera México-Oaxaca, cuando los policías federales habrían emboscado a los agentes Jess Hood Garner y Stan Dove Boss, así como un marino, que viajaban en una camioneta Toyota, con placas de circulación BMC-242, de la embajada de Estados Unidos.
Gracias al blindaje del vehículo, las balas no causaron daño a sus tripulantes, no obstante, elementos de la Marina acudieron al sitio y arrestaron a los 14 policías federales.
El argumento fue que se encontraban investigando el secuestro de un funcionario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y confundieron la camioneta. Aunque otras versiones apuntan a que el ataque fue directo.