El sudamericano consiguió un amparo que puso fin a su encierro en el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial (CEFEREPSI) de Ayala.
Argumentó ante la justicia federal que ya había cumplido con su condena de cuatro años de terapia, ya que fue ingresado desde el 2009, por lo que a partir de esa fecha debía contarse su penitencia, y no desde el 2012 cuando fue sentenciado.
Este hombre viajaba en un vuelo proveniente de la ciudad de Cancún, Quintana Roo que se dirigía hacia el Aeropuerto Internacional de la Cuidad de México (AICM).
Haciéndose pasar por pastor religioso exigió entrevistarse con el primer mandatario y amagó a una de las azafatas con hacer explotar dos bombas que llevaba consigo, que en realidad eran dos envases de jugo.
Se dirigió hasta la cabina del piloto en donde intentó ingresar para obligar al capitán a dar seis vueltas antes de aterrizar, pero no lo logró.
Para cuándo el avión aterrizó la Policía Federal ya lo esperaba, por lo que fue arrestado y entregado a la justicia federal para enfrentar cargos por atentar contra las vías de comunicación.
El boliviano dijo ante los medíos de comunicación que pretendía advertir al presidente sobre un gran terremoto que se acercaba. Mencionó que era un mensaje de dios.
La justicia federal lo condenó a cuatro años de tratamiento en el CEFEREPSI de Ayala, el cual abandonó este jueves.