CIUDAD DE MÉXICO.- En el edificio ubicado en Álvaro Obregón 286, 71 personas quedaron paralizadas a la 1:14 del 19 de septiembre. Pasaron casi 48 horas y 28 fueron rescatados y así continuaron con su vida.
A partir de ahí, inició la labor de hombres y mujeres, que sin descanso, trabajaron para sacar uno por uno, los 49 cuerpos que yacían bajo el edificio colapsado. La madrugada del miércoles fue hallado el último hombre de los escombros: Rodolfo Molina Campos.
“La familia está muy mal por la pérdida de Rodolfo”, dijo su tía, Anabel Rodelas, quien a través de un mensaje de texto confirmó a El Financiero: "sí, él es el último hombre de las cifras del sismo".
Cabello cano corto, ojos café claro, 1.72 metros de estatura, tez clara con frente amplia, el padre de familia de 46 años trabajaba en la remodelación del quinto piso del edificio ubicado en la colonia Roma.
Sus amigos sabían que Fito, como lo conocían, tenía una gran motivación para vivir, y por ello esperaban que apareciera pronto, pues desde aquel 19, no sabían nada de él.
Antes del sismo, era un símbolo de fortaleza: a diario trabajaba con entusiasmo por sus tres hijos, en especial por combatir la insuficiencia renal de uno de ellos.
“Era un hombre muy trabajador, muy fuerte, se veía muy fuerte. No entendíamos por qué se había quedado atrapado”, cuenta Martha Bohórquez, cofundadora de Ayni Coworking, lugar en el que Fito trabajaba.
Tuvieron que pasar 15 días para que el cuerpo del hombre, que viajaba de Ecatepec a la colonia Roma para renovar un espacio que servía para emprendedores independientes (coworking), fuera encontrado.
“Parecía que no quería salir”, dijo Bohórquez.
Durante todo ese tiempo, sus compañeros de trabajo no faltaron un solo día, desde el 19 de septiembre hasta el 4 de octubre, a los trabajos de rescate para encontrar al hombre que permanecía en el quinto piso.