Esa es la promesa del consejero presidente del INE ante la elección más competida de la historia y en la que juegan en contra factores como lagunas legales, sobrerregulación y “una dinámica de impugnar todo” como parte de una narrativa.
“Mis números dicen otra cosa”. “Nuestros resultados indican un escenario distinto”. “Según nuestros datos, nosotros hemos ganado”… Todas esas frases tan socorridas más valdría que se las guarden los candidatos y sus partidos políticos –aunque es difícil que esto suceda–, pues de acuerdo con el titular del organismo electoral, “el grado de precisión que va a llegar a tener el conteo rápido del INE no lo tiene nadie más”.
El Instituto –explica– tiene una capacidad de campo para realizar un conteo rápido con una precisión que no tiene ninguna encuestadora y ningún partido político.
“La capacidad de campo del Instituto Nacional Electoral implica que podemos llegar a tener hasta 45 mil funcionarios del INE en aptitud de recabar la información de las casillas de la muestra del conteo rápido. Y si el INE, con este grado de precisión de este instrumento, no puede dar a conocer un ganador cierto, quien lo haga estará actuando irresponsablemente”.
Exactamente a un mes de que arranquen las precampañas, con el año electoral ya en marcha, Lorenzo Córdova detalla, en entrevista con El Financiero, los aspectos más importantes y polémicos del desarrollo del proceso. Una de las etapas clave, el clímax por así llamarlo, es sin duda el día de la jornada de votación y, en específico, el momento en el que el árbitro sale a dar los primeros resultados.
"La experiencia nos enseña que, pase lo que pase, la información que el árbitro recibe tiene que ser hecha pública. No va a ocurrir lo que sucedió en 2006, en donde por lo estrecho de los resultados, y dado que no se podía dar un ganador –pues estadísticamente el primero y el segundo lugar estaban con rangos de votación entrecruzados–, el IFE decidió no dar los resultados. No, el INE va a dar los resultados, ¡sean cuales sean!"
Córdova sostiene que si de nueva cuenta se da un escenario muy cerrado, “saldremos a decir los rangos y saldremos a decir por qué en ese momento nadie puede darse por ganador, y quien lo haga, lo estará haciendo sin tener todos los elementos de certeza y de objetividad para hacerlo, y será su responsabilidad”.
“QUEDAMOS MAL CON TODOS”
El proceso electoral en curso es “el más complejo de la historia”, según palabras del propio Lorenzo Córdova. En esta contienda los ciudadanos mexicanos van a votar por más de 3 mil cargos de elección popular, y en medio de esta complejidad, el árbitro está siendo cuestionado.
Todos han hecho críticas al INE. Desde los ataques de Andrés Manuel López Obrador, llamando “achichincles de la mafia” a los consejeros, hasta las críticas de Margarita Zavala por los lineamientos de “piso parejo” en su momento, o el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa, cuestionando la fiscalización en Coahuila; sin pasar por alto a los aspirantes a una candidatura independiente, que reprochan a la autoridad por el procedimiento establecido para obtener el registro.
Pero para el consejero presidente esto no es nada nuevo. Descalificar al árbitro –dice– ha sido parte de la dinámica política electoral desde hace más de una década. Córdova evoca pasajes de 2003, cuando el entonces IFE resolvía los Amigos de Fox y el Pemexgate y era acusado de tener “intencionalidad política” en sus decisiones. O en 2006, “cuando esa crítica al árbitro se volvió una especie de práctica cotidiana”.
Y cita el libro de Eduardo Galeano sobre el futbol y la parte donde dice que el árbitro está condenado a quedar mal siempre con todos, con los que ganan porque ganan a pesar del árbitro, y con los que pierden porque pierden por culpa del árbitro.
“El INE como órgano de control, como árbitro de las elecciones, sin duda afecta intereses y genera en consecuencia reacciones. Ahora, ¿preocupan al árbitro las críticas? Sí, porque implican un desgaste del mismo, sin lugar a dudas. Pero si bien es bienvenida la crítica, también tiene que ser claramente respondida”, puntualiza.