La crisis por la llegada masiva de sargazo a las playas de Quintana Roo apenas empieza, ya que se espera que arribe una cantidad similar o mayor a la que ya recibimos de macroalgas, durante agosto, septiembre y tal vez octubre, reconoció María Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
En entrevista con Excélsior, la representante del sector ambiental para atender esta emergencia reveló que hasta el momento se han recogido alrededor de 130 mil metros cúbicos de sargazo de las playas mexicanas, algo así como 52 albercas olímpicas y falta recolectar una cifra parecida, más lo que se vaya acumulando.
Lo que estamos viendo en imágenes de satélite, por lo que viene ya en el Caribe, y que probablemente llegue hasta nuestras costas, sí, ahí viene una cantidad similar o mayor a la que ya recibimos”, calculó.
La doctora en Ecología admitió que el sargazo, -potenciado por efectos del cambio climático, como el aumento de la temperatura del agua y los cambios de corrientes, así como las descargas de drenajes y agroquímicos al mar -, es un foco rojo muy importante para México, porque en caso de que no se atienda correctamente el problema, puede derivar en un desastre ambiental y desencadenar una crisis sanitaria regional.
Explicó que durante el proceso de descomposición de las macroalgas se generan lixiviados que contienen metales pesados como ácido sulfúrico y arsénico, que corren el riesgo de infiltrarse en mantos freáticos de agua dulce e impactar en especies marinas, como las tortugas, que salen a desovar a las playas.
A la propia población puede afectar la calidad del agua, de hecho lo hacen, como pasa en casi todos los rellenos sanitarios con muchas sustancias, pero en este caso mucho más porque están en masa, entonces aquí la recomendación es que se dispongan en sitios en donde exista una geomembrana que contenga estos lixiviados, y que no permita que se vayan al agua”, precisó.
Pero en la realidad, dijo que falta una metodología, no existen sitios suficientes para su disposición final, y desconoce qué porcentaje del sargazo recolectado fue enviado a rellenos sanitarios, cuánto se secó para utilizarlo como composta o qué cantidad permanece en los hoteles.
Se ha pedido a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que esté muy atenta con los análisis de las aguas subterráneas, para estar seguros de que no se estén pasando (los contaminantes)”, detalló.
María Amparo Martínez Arroyo aceptó que en la actualidad podríamos estar mejor preparados para enfrentar esta problemática, de haber empezado en 2015 a trabajar en investigación científica e innovación tecnológica para que empresas dieran un uso industrial al sargazo, cuando se registraron los primeros arribos masivos a nuestras costas.
Piden prevención
"El problema es que estamos más acostumbrados a atender las emergencias cuando las tenemos encima; tenemos que trabajar con la sociedad, porque a veces se piensa que hay cosas más urgentes que invertir en prevención, y estas son lecciones que nos dejan eventos como estos, tenemos que actuar mucho más de la mano con el conocimiento, con la ciencia, con la tecnología, irnos adelantando a escenarios que ya se han proyectado, lo que nos va a pasar con el cambio climático, y que ahora lo estamos viendo realmente”, manifestó.
La directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático señaló que hasta ahora se han destinado 62 millones de pesos, canalizados a través de las autoridades estatales, para el pago del Programa de Empleo Temporal (PET), con el fin de contratar a gente de la región para que recoja el sargazo.
Comentó que se analiza la posibilidad de adquirir maquinaria y barreras para detener la macroalga antes de que llegue a la costa, aunque no pueden ser medidas aisladas, tiene que ser una estrategia integral, una vez que junto con el comité de expertos conformado con la UNAM, se haga el pronóstico de cuánto sargazo viene, por dónde llegará, qué se va a hacer para su disposición y cuántas personas se necesitan para atender la contingencia.
Estamos evaluando el costo beneficio de muchas de las metodologías; por ejemplo, muchos de los equipos no se hacen en México, tardan cuatro o cinco meses en entregarlos y entonces cuando está la emergencia encima es muy útil”, indicó.
María Amparo Martínez Arroyo consideró que el sargazo será un tema que tendrá que atender la próxima administración federal y seguramente contemplarlo en el Presupuesto de Egresos de 2019, porque en “una buena parte tendrá que calcularse cómo impulsar el desarrollo tecnológico, la investigación y las medidas preventivas”.
Aunque nosotros encontraramos una vara mágica hoy que chupara todo el sargazo y que dejara esto limpio, no hay ninguna garantía de que no volverá a pasar el próximo año o el que sigue o el que sigue, entonces las soluciones tienen que ser de continuidad, de persevarancia”, subrayó.
La titular del INECC agregó que las afectaciones ambientales por el sargazo documentadas hasta hoy son en los pastos marinos de Puerto Morelos, “que han sufrido un gran daño”.
Agroquímicos y el cambio de clima, las causas
El sargazo es una macroalga marina, color marrón, de olor fétido, que siempre ha existido, pero que a partir de 2015 se convirtió en un problema para México, por su llegada masiva, principalmente a las costas de Quintana Roo, y que hoy registra un incremento de alrededor de 40 por ciento.
Algunas de las causas que ocasionan su propagación son el cambio climático, que provoca aumento en la temperatura del mar, lo que favorece su reproducción, además de la modificación en las corrientes de agua, por el derretimiento de los polos y los glaciares.
Y esto hace que las corrientes traigan ahora más sargazo que antes, porque se están modificando las rutas”, explicó Sandra Laso Jácome, responsable del programa de Agricultura y Alimentación de Greenpeace México.
Otros factores que influyen en su proliferación, son las descargas de aguas residuales y uso de agroquímicos en campos de cultivo, que van a dar a los oceános, y que son nutrientes para estos organismos, como es el caso del nitrógeno.
Es importante que a nivel nacional cuidemos las descargas o los aportes de nitrógeno o de cualquier tipo de nutriente que se hace hacia el océano, y que está favoreciendo la reproducción de este tipo de especies, que generan afectaciones a la vida en el mar”, advirtió la representante de la organización ambientalista.
De acuerdo con el grupo multidisciplinario creado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para atender la arribazón de sargazo a Quintana Roo, en caso de no frenarse esta invasión, el problema podría convertirse en un desastre ecológico y desencadenar una crisis sanitaria regional.
Primero porque las macroalgas acaban con el oxígeno del agua matando a todos los seres vivos del ecosistema, y en segundo lugar, porque al descomponerse en la playa, genera ácido sulfúrico y arsénico, lo que pone en riesgo a miles de especies marinas y mantos freáticos de agua dulce.