La comercialización de viviendas tras el Covid-19 verá una desaceleración en precios y la necesidad de nuevos esquemas de venta ante la baja demanda, coincidieron miembros de la industria.
Tan solo en el primer trimestre de 2020, aún sin efectos por el coronavirus, los precios de la vivienda aumentaron 7.06 por ciento contra el mismo periodo de 2019, su menor tasa de crecimiento anual desde 2016.
Sin embargo, Jorge Paredes, director general de Realty World, opinó que la tendencia a moderar los precios se debe a la caída en la demanda, la cual se verá más afectada por el impacto del Covid-19.
"El índice (de precios de la vivienda) iba subiendo, como lo ha hecho generalmente, pero con la reducción de la demanda definitivamente va a reflejar una reducción", señaló el especialista.
"Vamos a ver (afectación) en la colocación de vivienda, en la demanda y por el lado de la oferta".
El especialista anticipó que en el mediano y largo plazo se verán encarecimientos en los bienes raíces. Sin embargo, habrá un descenso paulatino, que dependerá de la reactivación de la demanda.
Carlos Medina, vicepresidente de vivienda en Concanaco, dijo que las empresas constructoras tendrán que buscar nuevos modelos de venta para que los potenciales compradores con baja en ingresos o en desempleo puedan acceder a concretar sus compras.
"Tenemos que hacer análisis muy precisos de la demanda, porque el tema de empleo y reducciones salariales también impacta en la demanda y bajo estas nuevas realidades tenemos que tener programas, productos y proyectos adecuados", anticipó el empresario.
Debido a las alteraciones que ha sufrido el mercado laboral, Medina señaló que es necesario no solo pensar en nuevos modelos de construcción, sino en esquemas de financiamiento que den mayores facilidades. "Un tema es hacer casas y el otro es para quién las hacemos"
"Hay que adecuar productos y proyectos para que la capacidad de compra de los trabajadores les pueda permitir adquirir una vivienda".
Gonzalo Méndez, titular de la Canadevi, urgió formalizar programas como los financiamientos a empleados temporales y esquemas del Infonavit, como los de considerar los salarios de los trabajadores del bimestre anterior a la pandemia y nos los disminuidos, para atender al segmento de empleados que ya no pueden acceder a un crédito por se baja de ingresos o pérdida de empleo.
"En el Infonavit hay programas muy importantes que se están manejando para reactivar el mercado", adelantó.
Jorge Paredes consideró que las vivienderas tendrán que reducir sus márgenes de ganancias, así como ofrecer incentivos "en especie", por ejemplo una amenidad o descuentos, para así atraer mercado.