El Food Court de las plazas comerciales de la Ciudad de México está en peligro de desaparecer, a pesar de que la quiebra de los negocios que allí operan dejará sin empleo a miles de personas debido a que sus clientes -a diferencia de los restaurantes- no pueden ingerir los alimentos en la zona de venta ni en las mesas de uso común y solo pueden ofrecer servicio para llevar y entregas a domicilio.
Para colmo, las empresas repartidoras, como Uber Eats y Fast Food, cobran hasta el 30 por ciento del costo total, lo que hace incosteable la operación.
Propietarios de los negocios afectados en las Food Court de las plazas denunciaron que son gravemente discriminados por las autoridades sanitarias, ya que a los restaurantes se les permite ocupar hasta el 30 por ciento de sus mesas, algo que se les niega a los negocios fast food, a pesar de que disponen de amplias zonas de uso común en las que se pueden aplicar las medidas de distancia necesarias.
La prohibición ha reducido drásticamente sus ingresos, mientras deben afrontar el pago de la renta y de los servicios que utilizan, además de que deben cumplir con el horario de las plazas comerciales, lo que castiga aún más el negocio.
Propietarios afectados por las medidas sanitarias dijeron que un restaurante no puede estar más ventilado que la zona común de comida rápida, pues es lo suficientemente amplia. También afirmaron que si las plazas no colaboran más con sus locatarios de “fast food”, los negocios del ramo corren peligro de desaparecer si el semáforo verde no llega pronto.
Hicieron un llamado a las autoridades para que intervengan y salven a estas empresas y a los empleos que ofrecen, y que -dijeron- son miles.