La isla de Cozumel dio la bienvenida el miércoles al primer crucero desde que la pandemia de coronavirus prácticamente colapsó la industria turística.
Funcionarios del estado de Quintana Roo dieron la bienvenida al Adventure of the Seas, de la línea Royal Caribbean, que llegó procedente de Nassau, en Las Bahamas, a una de las escalas más concurridas del mundo para cruceros.
La línea de cruceros requiere que todo pasajero mayor de 16 años esté completamente vacunado contra el COVID-19. El resto deberá realizarse una prueba médica.
El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, dijo que un 5% de los pasajeros —unos 150 jóvenes o aquellos con enfermedades crónicas— no han sido vacunados y que estarían sujetos a reglas especiales. Funcionarios de salud estatales y federales supervisaron la llegada.
"La empresa propuso que el grupo de no vacunados únicamente pueda desembarcar con la contratación de excursiones con protocolos de burbujas sanitarias, no a cualquier lugar", dijo Joaquín. "Como pueden ver, son condiciones muy estrictas que traen estos cruceros".
La línea de cruceros promovió el viaje como "una oportunidad de aventurarse en la historia maya durante una visita a Cozumel".
Quintana Roo alberga complejos turísticos como Cancún, Playa del Carmen y Tulum; la actividad económica estatal depende en un 87% del turismo.
La secretaria estatal de Salud, Alejandra Aguirre, escribió sobre la llegada del crucero: "Trabajamos unidos en la reactivación ordenada de la actividad económica. Haz tu parte".
Sin embargo, el destino no pareció sonreír sobre el regreso de los cruceros: este miércoles amaneció muy lluvioso y había cantidades significativas de sargazo en muchas de las playas del estado.
México no pide prueba de coronavirus para los pasajeros que llegan, y la evidencia anecdótica sugiere que los turistas se sienten atraídos por los complejos turísticos del Caribe mexicano en parte porque no ha habido cierre y porque las precauciones de salud son en gran parte voluntarias. Muchos visitantes se quitan sus mascarillas cuando llegan a sus hoteles o clubes de playa.