Si sueles pagar tus tarjetas de crédito en efectivo, el SAT podría investigar tus operaciones financieras. Te decimos cómo evitarte problemas con las autoridades fiscales por depositar en efectivo a tus tarjetas.
Desde hace varios años, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) cuenta con la capacidad de pedir a los bancos un reporte sobre los egresos de los contribuyentes. Cuando detectan que los egresos de un contribuyente son mayores a sus ingresos, se puede decir que este ha caído en una “discrepancia fiscal”.
Para detectar una diferencia entre los egresos y los ingresos que reporta un contribuyente, el SAT puede solicitar a los bancos un reporte de las transacciones en efectivo. Sobre todo se contemplan en estos reportes los depósitos mayores a 15 mil pesos al mes.
Si el SAT detectara una discrepancia, podría llamar al contribuyente para que explicara el origen de esos ingresos. En este proceso, la persona primero recibirá una notificación.
Posteriormente tendrá un plazo de 20 días para acreditar el origen de dichos fondos. Si el SAT considera que en efecto hay una discrepancia, podría considerar que es un ingreso gravable de Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Además, si así lo considera, podría multar al contribuyente por no haber declarado dicho ingreso.
En este sentido, la recomendación de los expertos es optar por las transferencias electrónicas para pagar las tarjetas de crédito. Si sueles recibir ingresos en efectivo, es importante que estos sean declarados al SAT para evitar problemas subsecuentes.
En años anteriores, la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente ha declarado que estas medidas no buscan afectar el uso de tarjetas de crédito.