Con el fin de prevenir, atender y sancionar los casos de violencia contra niñas, niños y adolescentes, el Congreso de Puebla aprobó la denominada “Ley Antichancla”.
Por unanimidad de votos durante la sesión ordinaria, se reformaron las fracciones VII y VIII, y adiciona la fracción IX al artículo 62 de la Ley de los Derechos de las Niñas, Niñas y Adolescentes del Estado de Puebla.
Con ello, se establece que “tienen derecho a recibir orientación, educación, cuidado y crianza” de sus tutores legales y el personal de instituciones educativas, deportivas, religiosas, culturales, artísticas, de salud, de asistencia social, y otras “sin que, en modo alguno, se autorice a estas personas el uso del castigo corporal ni el castigo humillante”.
La iniciativa detalla que el castigo corporal o físico es todo aquel acto “en el que se utilice la fuerza física, incluyendo golpes con la mano o con algún objeto, empujones, pellizcos, mordidas, tirones de cabello o de las orejas, obligar a sostener posturas incómodas, quemaduras, ingesta de alimentos hirviendo u otros productos o cualquier otro acto que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve”.
Asimismo, establece que el castigo humillante “es cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, discriminatorio, ridiculizador y de menosprecio, y cualquier acto que tenga como objetivo provocar dolor, amenaza, molestia o humillación”.
La iniciativa fue presentada por la diputada Mónica Rodríguez Della Vecchiadel Partido Acción Nacional (PAN). Durante la sesión ordinaria advirtió que las consecuencias del maltrato infantil “pueden durar toda la vida, ya que puede generar que las conductas violentas cometidas en su contra sean replicadas cuando alcancen la edad adulta”.
“Cuando niñas, niños y adolescentes son castigados físicamente experimentan tristeza, miedo, enojo, impotencia, culpa, exclusión y pueden sentirse lastimados o no queridos”, recalcó.
Afirmó que una cuarta parte de todas las personas adultas manifiestan haber sufrido maltratos físicos en su niñez y en México, 6 de 10 niños, niñas y adolescentes han experimentado algún método de disciplina violenta.
“En cambio, la crianza positiva y el buen trato generan apego seguro, empatía, habilidades, conocimientos y comportamientos sociales altruistas”, subrayó la presidenta de la Comisión de la Familia y los Derechos de la Niñez.
“Además, les permite manejar mejor los deseos y las frustraciones, desempeñarse socialmente y desarrollar una identidad individual y social”, concluyó.