Ayer, en vísperas de la celebración del “10 de mayo”, madres integrantes de la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos (FUDEM) protestaron para exigir justicia en los casos de sus hijas e hijos desaparecidos con una “pega de mosaicos” frente a instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), en la Ciudad de México.
Para los familiares de las y los desaparecidos, este memorial simboliza una especie de recordatorio para que las autoridades realicen las tareas de búsqueda.
En tanto protestaban y colocaban las imágenes de las hijas e hijos aún sin localizar, las madres originarias de varias entidades nortes del país como Nuevo León, Coahuila y Chihuahua portaban consignas en donde mostraban nuevos rostros de desaparecidos, que se sumaron a otras fotografías ya colocadas desde el año pasado. Una de las paredes de la Glorieta de Insurgentes fue la que más se llenó de mosaicos, con los nombres e imágenes del familiar por el que se exige justicia.
“Reprobamos esas acciones de represión del Gobierno de la Ciudad de México en contra de los colectivos y de nuestra lucha. Las madres con hijos e hijas desaparecidas no tenemos nada más que celebrar”, expresó Lourdes Herrera, una de las integrantes de la protesta.
De acuerdo con un reciente informe realizado por el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU tras su visita a México, hay más de 95 mil personas desaparecidas en el país; 8 mil casos nuevos cada año desde los últimos cinco años. Asimismo, más de 52 mil personas fallecidas no identificadas se encuentran en fosas comunes, instalaciones de los servicios forenses, universidades y centros de custodia y almacenamiento forense.
El Comité advirtió sobre esta crisis forense y denunció que los responsables del crecimiento de las desapariciones en el país son los servidores públicos, tanto del ámbito federal, estatal y municipal, como el crimen organizado.