Enrique Ortuño pasaba cinco horas en un camión y seis en una camioneta de carga para llegar a Monterrey, Chiapas, una comunidad en la sierra donde hacía su servicio social para graduarse como médico.
En entrevista para EL FINANCIERO, asegura que “no se puede vivir de hacer medicina en la sierra. Los pagos de los médicos son pésimos, creo que son menos de 25 mil pesos al mes, y eso implica vivir en un lugar muy apartado y estar todo el tiempo a disposición de la comunidad. Además, es muy inseguro”.
En ese sentido, considera que los dichos del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien acusó a los doctores de no estar dispuestos a ir a las comunidades más apartadas, son injustos.
“Yo creo que está equivocado porque la gente sí quiere ir, pero es difícil convencerlos cuando no les vas a dar buenos pagos, no les vas a dar seguridad, y sobre todo cuando no le vas a dar las herramientas que necesita para ayudar a las personas”, detalló.
Al contar su propia experiencia, Enrique explica que pasó entre 20 y 25 días al mes en la comunidad durante nueve meses. Él estaba acompañado únicamente de su enfermero (que también era pasante). Desde un pequeño consultorio atendía a la gente de la comunidad en el día y en la noche estaba de guardia para urgencias.
El doctor relata que “muchas veces no tenía luz, eran mis libros, mi conocimiento y yo”, y si tenía alguna duda, se tenía que comunicar por radio a Tuxtla Gutiérrez, donde estaba su médico supervisor.
Así trabajó Enrique durante nueve meses, y afirma que volvería a hacerlo; sin embargo, “sólo necesito que me pagaran lo que mi trabajo vale, que me dieran seguridad y que me dieran los insumos suficientes para atender” a la comunidad.
El doctor se tuvo que ir a la sierra con la organización Compañeros en Salud, ya que no había instituciones de gobierno, y afirma que lo haría otra vez si le garantizan estas condiciones.
Al hablar con la directora de la organización en México, la doctora Valeria Macías, sostiene que el presidente López Obrador puede estar “romantizando el trabajo que uno tiene que hacer en zonas marginadas. Al final es un trabajo, y las personas siguen teniendo las mismas necesidades que todos”.
Además, Valeria agrega que “el sistema tendría que cambiar para que los médicos pudieran realmente tener esta capacidad de ir a las comunidades a trabajar, esta posibilidad de realmente trabajar y aún así poder tener una familia, un crecimiento profesional”.
Con información de El Financiero