El gobierno federal redobló los esfuerzos contra el Cártel de Sinaloa.
A partir de junio ha dado al menos 18 golpes a esa organización, una de cuyas facciones es dirigida por los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, ligada a la balacera del martes en Topilejo, en la Ciudad de México.
Esos golpes se traducen en la incautación de, al menos, 63 laboratorios clandestinos, lo que ha impedido millonarios ingresos ilícitos a la citada organización criminal.
Entre los decomisos se incluye el que se dio el 2 julio, cuando elementos del Ejército hicieron un aseguramiento histórico de fentanilo, en Sinaloa. Esa ocasión, los militares hallaron un laboratorio clandestino, en Culiacán, donde decomisaron 542 kilos de fentanilo, 555 kilos de metanfetamina, 31 kilos de cocaína y 6.7 kilos de heroína.
También hallaron material químico diverso, en cantidades considerables, para la elaboración de drogas sintéticas; además, en el lugar se detuvo a 10 sujetos que custodiaban la bodega.
Según registros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a partir del 1 de junio se observó un incremento en las acciones contra el Cártel de Sinaloa.
Sólo en Sinaloa, en los últimos 45 días, los militares hicieron acciones para incautar droga, armas y laboratorios clandestinos. En total, los soldados descubrieron y desarticularon 63 laboratorios, ubicados en diversos puntos de Sinaloa.
Al dar a conocer algunos de los decomisos más recientes, la Sedena señaló que en lo que va de la presente administración los soldados han incautado más de 770 laboratorios clandestinos, sólo en ese estado.
Este reforzamiento de acciones contra el Cártel de Sinaloa coincide con la “campaña” que en redes sociales se ha desatado para tratar de ligar a la actual administración federal con ese grupo criminal.
En esa campaña se recuerda el culiacanazo, fallido operativo en el que el presidente López Obrador ordenó la libertad de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo. También se recuerda el saludo de mano que el mandatario dio a la mamá de Guzmán Loera.