Previo al encuentro que sostendrá con los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), el presidente Andrés Manuel López Obrador confió en que haya una nueva oportunidad de mejorar la relación con este organismo y garantizar que existan elecciones libres con un gasto razonable, sin embargo, dijo que es necesaria una reforma constitucional.
En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, el mandatario federal adelantó que no hay una agenda definida a tratar con los funcionarios del instituto, sino más bien será una conversación para trabajar de manera conjunta.
“Es básicamente intercambiar puntos de vista, no hay una agenda definida. Es una conversación, desde luego con el propósito de trabajar en forma coordinada, cada quien en el ámbito de sus competencias, pero con el propósito de hacer valer la democracia en el país de que ya no haya influyentismo, que actúe el INE con absoluta autonomía que no dependa ni del gobierno ni de grupos oligárquicos”, comentó.
“Pienso que hay condiciones inmejorables para inaugurar una etapa nueva hacen falta algunos ajustes a la legislación, pero lo más importante de todo es que las autoridades electorales sean mujeres y hombres con integridad y principios, auténticos demócratas, no empleados de las minorías, no gente sin principios, sin ideales como ha sucedido”, afirmó.
Ayer, los 11 consejeros del INE aceptaron reunirse con López Obrador y señalaron que este encuentro puede fortalecer la relación entre ambas instituciones.
“A menos de tres meses de iniciar el Proceso Electoral Federal de 2023-2024, este diálogo tiene el propósito de refrendar la colaboración entre el INE y el Gobierno Federal, conforme a sus respectivas atribuciones, para asegurar la organización y el desarrollo de los próximos comicios en cumplimiento de la Constitución y los demás ordenamientos jurídicos que regulan la materia, así como cuidar que la competencia política se desenvuelva en condiciones de equidad”, señaló el Instituto.
Es la primera vez que López Obrador se reuniría con los consejos del INE desde que tomó posesión como presidente, pues con los consejeros que dejaron su cargo en abril, como Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, mantuvo una relación hostil.